¿Fuiste víctima del mom shaming?
Recuerdo que hace 3 años asistí al cine cuando aún no era pandemia. Estaba en una sala VIP, donde te recuestas en un sillón cómodamente mientras comes y disfrutas tu película. De repente un bebé comenzó a llorar desconsolado y su mamá intentó calmarlo a toda costa.
En ese momento todos empezaron a callar al pequeño, se escuchaban los comentarios molestos: “¿por qué lo trajo al cine?”, “no puede ni calmarlo”, “pero, ¿qué clase de madre es esa?”, hasta que la joven madre se retiró de la sala apresuradamente.
Después de un rato salí al baño y encontré a la madre con su bebé de un año aproximadamente en la sala de espera, sus ojos estaban rojos, se notaba su desesperación mientras le decía palabras de consuelo.
Me acerqué a ella y me dijo que no quería traer a su hijo al cine, pero tenía tanto tiempo sin ir y no había quien lo cuidara, que al final tomó la decisión de asistir, me comentó que estaba avergonzada, no quería molestar a las personas que estaban viendo su película.
Al verla sollozar, le dije que no tenía de qué avergonzarse, los niños lloran, eso es normal. Mis palabras los calmaron a ambos y me dio mucho gusto hacerle saber que no estaba haciendo mal su labor y que nadie tenía derecho a criticarla. Estaba siendo víctima del mom shaming.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Y esto es precisamente un problema que sigue ocurriendo en la actualidad, donde a las madres se les juzga, se les critica, por ser “malas madres”, se les exhibe en redes sociales y cualquier persona puede comentar sobre cómo lleva su maternidad.
Muchas madres llevan con mucha culpa la relación con sus hijos, se cuestionan sobre si están haciendo bien o mal las cosas, la familia, la pareja, en el trabajo y en general en la sociedad se les critica, se les señala y existen muy pocos espacios donde se pueden sentir sostenidas, sin ser juzgadas o criticadas.
Lo peor es que también “expertos” dictan conferencias, cursos, pláticas sobre cómo ser una “buena madre”, con “escuelas para padres” donde se les dice qué es lo que deben de hacer para que su hijo esté “bien” criado, bombardeándoles con parámetros altos, que ellas piensan que no pueden alcanzar.
La vulnerabilidad en la madre la hace recibir todos estos mensajes, estas críticas, con culpa y vergüenza, sin saber dónde realmente están las respuestas. Provocando depresión, frustración, tristeza, que al final afecta su relación con su chiquito. Se vuelven víctimas del mom shaming.
Ser mamá no es fácil, esa es la verdad, es un trabajo que se hace cada día, estresante, que precisa de apoyo, comprensión y empatía.
Así que te invito mamá a que enfrentes esta forma de sexismo y abuso, recordando:
-Nadie es experto en tu hijo, la única experta eres tú.
-Escúchate y escucha a tu bebé, piensa qué es lo que realmente necesita, puedes encontrar las respuestas.
-Si alguien te juzga, te critica, te hace sentir incompetente o avergonzada, sea quien sea, no está haciendo su labor de forma correcta; ya sea un médico, un psicólogo, un pediatra.
-Los grupos de apoyo en redes sociales, deben de ser eso: grupos de apoyo. Si te faltan al respeto, tienes todo el derecho de retirarte, incluso es lo más sano.
-La responsabilidad de quien te ofrece apoyo es cuidar tus emociones, tus ideas, tu contexto, tu historia. La empatía y la compasión deben ser las herramientas con las que te acompañen en tu maternaje.
-Existen muchos tipos de crianza, cada madre solo puede dar lo que tiene en su interior, en vez de criticarte, entiende el porqué de tu conducta y de la forma en que te afecta, solo así podrás transformarla.
-Tu hijo no necesita a una mamá llena de culpa, luchando por cumplir las expectativas de los demás, te necesita imperfecta, humana, porque sólo así podrá crear un vínculo real contigo.
-Busca la ayuda que necesitas, hazle caso a tu corazón y emociones.
Mamá si te amas, te respetas y eres compasiva contigo, podrás serlo con tu hijo. No dejes que el mom shaming te agobie y evite que te desenvuelves como la madre que tus hijos merecen.