El primer buen sabor de boca viene con lo fácil que es usarla. En la caja no vienen demasiados componentes, no requiere de muchos pasos para poder empezar a usarla: solo llenar el contenedor de agua, conectarla y poner el cabezal que necesitas dependiendo de la superficie y lo que necesites limpiar.
Después de muy pocos segundos, la SC-2 está lista para usarse. Otro punto a favor es lo cómodo que es el mango, haciendo de la experiencia de usarla algo ergonómico y simple. El primer lugar donde la probamos fue en la cocina y comprobamos como, usando el cepillo pequeño, de inmediato las uniones entre los azulejos cambiaron de un gris mugroso a un blanco limpio.
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El segundo uso que le dimos fue para limpiar el piso en general. Para esto cambiamos el cepillo chico por una cabeza más grande y cubrimos con una de los paños de microfibra que vienen en la caja (y que se pueden limpiar en la lavadora después de su uso). Aunque la distribución de vapor es menos concentrada en esta modalidad, es ideal para dejar el piso impecable —como lo demostramos en el video.
En general, aunque el tanque de llenado de la SC2 no puede rellenarse con la misma facilidad que la SC3 —hay que esperar a que se despresurice para poner agua nuevamente—, es una limpiadora de vapor con la practicidad suficiente para usar en casa.
