Estos son los “sí” y los “no” para seguir el año y lograr verdaderamente las transformaciones que queremos.
Sí limpia tu cara todas las noches. Es la única manera de remover suciedad, maquillaje y células muertas. Darás espacio a la regeneración celular y aprovecharás esas horas para que los productos tópicos actúen.
No fumes. No hay explicar, sabemos los efectos del tabaco en la salud y que es uno de los peores enemigos de la belleza porque nos inflama a nivel celular y contribuye en la aparición de las arrugas, sobre todo las que salen alrededor de la boca.
Sí toma agua. La mayoría no lo hacemos, siendo que es una de las maneras más sencillas de mantener la piel luminosa.
No te expongas al sol. Aunque necesitamos una dosis diaria para obtener vitamina D, la sobreexposición es el factor número uno de envejecimiento. Si quieres tener apariencia “dorada”, usa un autobronceador.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Sí ponte diario protector solar. Ya no es una cuestión de usarlo sólo en la playa: protegerte de los rayos UVB y UVA es el camino más efectivo para retrasar el envejecimiento. Busca uno con mínimo FPS30 y aplícalo 20 minutos antes de salir en cara, cuello, manos, pechos y orejas.
No comas tanto dulce. El azúcar refinada es uno de los alimentos que más arruga; además se ha encontrado que tiene relación con la aparición de acné.
Sí duerme. Pues es cuando más producimos la hormona del crecimiento, es decir soltamos la hormona de la juventud.
No te estreses. Los altos niveles liberan hormonas de cortisol y tienen un impacto negativo en nuestra piel. Haz cosas que te relajen, te den paz y te ayuden a reconectar contigo misma. Camina 10 minutos, haz yoga, medita o déjate consentir en una cabina de Derma con una Envoltura de Mango y Coco que le brindará a tu piel 60 minutos de completa hidratación.
Sí humecta. Al hacerlo estás sellando el agua del aire en tu piel y por lo tanto te asegurarás de mantener la hidratación que necesitas.