Por ejemplo: la Virgen María tiene a José, pero la Guadalupana se mantiene solterita, y qué me dicen de la Patria, tan bonita y morenita, sosteniendo su bandera en los libros de texto del año de la calaca, tiene a Don Miguel Hidalgo, su pare, pero no tiene esposo ni amante ni perro que le ladre, pero eso sí, ¡ha criado a un montón de hijos de su madre!
Entonces, para entrarle a Belén cantando con lo bueno de lo malo se ser madre soltera, pues ¿qué les puedo decir?
- Para empezar, algo muy bueno es que no tienes que festejar el Día del Padre, oigan, es que es un día que cada año se mueve y la verdad… ¡que flojera andar investigando!
- Por otra parte, eso de las pensiones alimenticias ya dejó de ser negocio: cada vez hay menos trabajo de planta, ¿será por la erosión?
- Hay otra ventaja que descubres con el tiempo, claro que sí vale la pena cambiar dos o tres noches de pasión al año por dormir a diario atravesada… pero en el colchón.
- Gracias a que somos madres solteras nos hemos convertido en empresarias, del subempleo, pero empresarias. Ya no tenemos a quién echarle la culpa de nuestra infelicidad y nuestra condición estimula la creatividad, por lo menos a la hora de ponerle pretextos a los que nos quieren cobrar, eso sin dejar atrás el hecho de que cuando ya no hay marido, tampoco hay suegra, lo que comprueba que “Dios ahorca, pero no aprieta”.
- Ser madre soltera me permite administrar lo único que me queda… ¡Mi tiempo!, por eso tengo un rato, en lo que lavo, trapeo, cocino y cobro lo de mis “catálogos”, para escribirles este columna.
Tendrán que disculpar si acaso me salió desviada, pero es que es de familia. Nos vemos, está bueno el relajo, ¡pero tengo un chorro que planchar!
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.