Si eres de los papás que se la pasa diciéndole a su hijo que de más de sí, aquí te explico hasta dónde motivar a tu hijo a que se esfuerce más pero sin volverlos autoexigentes.
¿Por qué es importante la motivación en niños?
“Mi hijo no se esfuerza lo suficiente en la escuela”, “no pone atención”, “tengo que estar encima de él/ella para que haga las cosas y solo así lo hace bien”, estas frases las usan muchos padres y madres, no entienden porque se rinden tan fácil, dejan de hacer las cosas, se dedican a otras cosas menos a la tarea que tienen que emprender.
Ocurre además en cualquier etapa del desarrollo, la pregunta es ahora: ¿qué puede estar pasando?, ¿por qué ahora los niños no se “quieren” esforzar?
¿Falta motivación? Estas podrían ser las razones:
1. Que hoy por hoy existe una cultura de la inmediatez. Todo está al alcance de un clic, no tienes que esforzarte mucho por encontrar entretenimiento, información, amistades y hasta ¡el amor!.
2. Se han malentendido muchas prácticas de la crianza. Se tiene la idea que los niños se trauman con los límites; por eso, no se les permite probar, aburrirse, conocer y aprender sobre sí mismos y luego de los demás.
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3. Para los padres la crianza se ha vuelto una carrera a toda velocidad. Ser “buenos padres”, superar lo que hicieron sus propios padres, no toleran la frustración o el llanto de su hijo y a la más mínima expresión de llanto se les da el teléfono, aunque sea un bebé. No se les enseña a calmarse.
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4. La situación de la pandemia, provocó que los padres y especialmente las madres tuvieran que estar mucho tiempo con sus hijos, saliendo a la luz muchos conflictos que no se habían solucionado o que se acrecentaron: ansiedad, tristeza, depresión propia y la de los hijos.
Al vivir en una sociedad de la felicidad, donde se rechazan los sentimientos “negativos” y además se pide perfección, no es extraño que los padres exijan perfección a sus hijos y que se esfuercen mucho en lograr sus metas.
¿Qué puedes hacer ante este panorama?, te comparto algunos consejos que pueden ayudarte, si los reflexionas, para ponerlos en práctica y tener en cuenta hasta qué punto motivar a tu hijo a que se esfuerce más:
-Tener empatía con los niños, no quiere decir que se les consienta o que se pase por alto su conducta.
-Corregirlos, pero sin criticarlos o etiquetarlos: “eres flojo”, “no puedes hacer nada bien”, “es que es hiperactivo”.
-La motivación en niños empieza desde la compasión y para hacerlo te tienes que entender a ti. Si tú te demandas desde la perfección y una autoexigencia entonces te costará trabajo entender la imperfección.
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–Demandar lo que tu pequeño pueda hacer, tomando en cuenta su etapa de desarrollo: no es lo mismo un nene de 2 años, que un niño de 5 años. Para uno y otro lidiar con la frustración es algo diferente.
-Enseñarle que tú tampoco toleras la frustración y por lo tanto ante sus demandas, llanto o insistencia, si cedes dándole algo que lo haga “calme” momentáneamente como darle tu teléfono, tampoco lo ayudas a que aprenda a calmarse, enseña con el ejemplo.
–Aprende a aceptarte totalmente, tal como eres, para que así descubras quien es tu hijo, aceptándolo a su vez totalmente. Esto es importante a la hora de motivar a tu hijo a que se esfuerce más.
Recuerda que el mundo cambió, no puedes exigirte que te adaptes de repente a todo esto, es lo mismo para tu hijo. Vamos paso a paso a entender cómo relacionarnos unos con otros a través de una máscara o cubrebocas y a esforzarnos hasta donde realmente valga la pena hacerlo; sin que esto se convierta en una tortura.