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¿Cómo reconciliarte con tu mamá?

¡Dile adiós al rencor! Aquí te decimos cómo reconciliarte con la mujer que te dio la vida.

Los pleitos familiares pueden cambiar la vida y más aún cuando son con la mamá.  Y arrastrar rencores de por vida no trae ningún beneficio. Si has tenido discusiones fuertes con tu madre y no sabes cómo reconciliarte con ella, te compartimos el programa de Martha Debayle en donde 3 especialistas, Aura Medina, Tere Díaz y Gaby Pérez Islas, te guían en el proceso del «perdón».

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AURA MEDINA / TIPS

 

1. Como paso primero, bájala del pedestal, es mucho más fácil lidiar con una madre humana que con una que a pesar de que parte de nosotros la detesta, otra parte la idealiza.

2. Haz un inventario de todas esas necesidades que sientes tu madre no llenó y que son las que te tienen molesta o triste.



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3. Dale empatía a tu niña/o interna/o, antes de intentar ser empáticos con otros, necesitamos serlo con nosotros mismos, esto es reconocer el dolor, la tristeza, el enojo.

4. Acepta y trabaja con tus emociones: enojo, rabia frustración, dolor, son reales. Estamos condicionados por la sociedad, cultura, religión, para no sentir enojo por los padres, especialmente la madre, sin embargo, estas emociones están allí y nos siguen afectando. La aceptación y expresión genuina de las emociones existentes por no haber recibido lo que necesitábamos en nuestro crecimiento es parte importante de superar los rencores y reclamos. Al mantenernos en el resentimiento, no crecemos y le decimos “no” a la vida.

5. Trabaja para soltar las expectativas con tu madre. El que tú estés consciente de todo lo que sucedió no significa que ella también lo esté. De hecho, es posible que ella no pueda lidiar con todo lo que tú estás trabajando.

 

 

TERE DÍAZ / TIPS

 

1. Revisa lo que para ti es “ser una buena madre”. De las madres se tienen expectativas idealizadas de incondicionalidad, abnegación y entrega que corresponden más a una imagen socialmente construida e inalcanzable de lo que es una buena madre (con costos altísimos para la interfecta) de lo que es una sana maternidad. Cuestiona el estereotipo materno en una era donde los hijos se han convertido en pequeños tiranos.

2. Reconoce lo que genuinamente te lastimó. Como adulto a cargo y no como niño herido reconoce lo que te faltó, lo que te dolió, lo que pediste y nunca llegó.

3. Enójate pero no agredas. Estás en todo tu derecho de reconocer los daños o las carencias que viviste, de que te duelan, de ponerlas sobre la mesa si es necesario (y si va servir de algo). Incluso de denunciar el abuso si es que sobrepasó una raya de modo que atentó contra tu integridad física y emocional. Pero la violencia no se resuelve con violencia. Se sinceró pero sensato.

4. No la compares a ti. Seguramente tú tienes hoy recursos, información y posibilidades de vida que ella no tenía, y eso no significa que no te haya lastimado, pero uno juega con las cartas que le da la vida en cada etapa de la misma. De nada sirve pensar que ella pudo hacer hace 15, 20 o 40 años, lo que tú sí puedes hacer hoy.

5. Actualiza tu relación. Qué no se de todo como hubieras deseado en el momento que lo querías no significa que no hay nada por hacer. que necesitabas antes y la persona que era ella antes son cosas del pasado. Las relaciones se pueden actualizar, y las lastimaduras se pueden reparar. ¿Quién eres tú y quién es ella HOY?. ¿Qué realistamente se puede hacer hoy?

 

GABY PÉREZ ISLAS / TIPS

 

• Por la naturaleza de la relación un hijo-a siempre tendrá reclamos y heridas de expectativas no cumplidas por parte de su madre. Es simplemente un rol demasiado grande.

• Mamá es por definición: la que sacrifica todo por ti, la invencible, la incondicional, la adivina, la omnipresente y vidente. Pero mamá también es humana y olvidamos esa parte.

• ¿Qué le vas a regalar a tu mamá hoy 10 de mayo? No necesita una plancha ni flores carísimas; ocupa un abrazo del alma y un sincero acercamiento.

• Hay 3 momentos históricos en nuestra biografía que nos llevan a reconciliarnos con mamá:
1) Cuando te vas de casa
2) Cuando tú mismo te vuelves madre o padre
3) Cuando la ves mayor, enferma o vulnerable.

• Siempre hay sentimientos encontrados porque tus expectativas de ella te hacen no ver lo que ya no puede hacer y lo confundes con un “no quiere”

• La vida es una y esa es la oportunidad que tenemos para hacer las paces con ella en nuestro corazón.

• La mamá que se fue se equivocó, esa madre que abandona siempre duele. La que se quedó y estuvo “distraída” también duele y la que estuvo y se aplicó con todo a veces hasta claustrofobia nos daba: me llamas llegando, ponte el sweater y cuídate mucho. No hay salida fácil. Ser mamá es una chamba muy compleja.

• Entender que mamá hizo lo mejor que pudo con los recursos que tenía y las circunstancias en las que estaba es fundamental.

• En la maternidad no hay “spoiler alert” como cuando vas a contar algo de la película y echas a perder la emoción. La riegas sin saber cómo ni cuando y la mayoría de las veces sin intención alguna.

Pasos para la reconciliación.
• reconocer el enojo que se tiene
• admitir tu parte de responsabilidad si la hubo ej. No decirlo antes, permitir, ser reactivo, cambiar en quien las circunstancias te llevaron a ser.
• Desear perdonar y reconciliar que es un paso más allá. Significa reparar el vínculo y volver a una convivencia sana.
• Hablarlo con ella esté viva o muerta. La muerte nunca acaba con las posibilidades de reconciliación.
• Recuperar tu paz y seguramente sentir que esto debió de haber pasado mucho antes.

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