No se trata solo de tiempo. La crianza exige atención constante, cambios en la rutina y decisiones que a veces parecen dejar tus propios intereses de lado. Si alguna vez has sentido que tus metas personales pasaron a segundo plano, no estás sola.
Por qué pasa y cómo se refleja en tu día a día
El estudio muestra que los padres suelen renunciar a oportunidades laborales, momentos de ocio y hasta autocuidado para estar disponibles para sus hijos. Natasha Thapar-Olmos, psicóloga y profesora de Pepperdine University, explica: “Convertirse en padre cambia tus prioridades de manera natural. Es normal sentir que tu identidad profesional o personal se diluye mientras te concentras en criar a tus hijos”.
Además, 34% de los padres confiesa que su ambición profesional ha disminuido. La psicóloga Stefanie Mazer, psicóloga, agrega: “Las demandas diarias de la crianza pueden hacer que tus metas personales parezcan secundarias o incluso egoístas”.
También lee: ¿Por qué la salud mental en mamá se ve afectada?
En la práctica, esto puede significar que pospones un proyecto personal, cancelas un viaje que deseabas o evitas decir “sí” a oportunidades profesionales. Todo mientras sientes que tu yo anterior se diluye en las tareas diarias de la crianza.
Las mamás sienten el cambio con más intensidad
Aunque los papás también experimentan pérdida de identidad, las madres tienden a sentirlo más. Siguen haciendo gran parte del trabajo de cuidado, y a menudo enfrentan críticas sociales cuando buscan tiempo para ellas mismas. Por su parte, los padres reciben menos juicio cuando priorizan sus necesidades, aunque también enfrentan presión.
El dinero también importa. Las familias con más recursos pueden pagar ayuda, lo que reduce los sacrificios y la sensación de pérdida de identidad. Pero incluso así, ser padre siempre implica un costo emocional y personal.
Reconocer que sientes que pierdes parte de tu identidad no es un fallo, es normal. Identificarlo te permite buscar pequeños espacios para ti, aunque sean minutos al día, y recordar que ser padre o madre no significa renunciar completamente a quién eres.