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Y aunque todavía hay muchas brechas por cerrar, lo que hoy haces como papá era impensable hace 20 o 30 años.
Lo que hacen los papás millennial y antes nadie hacía antes
1. Estás criando desde el vínculo, no desde la autoridad
Los papás de antes eran figuras de respeto. Pero respeto que venía del miedo, de la distancia y muchas veces del silencio. Tú, en cambio, quieres que tu hijo te respete porque se siente seguro contigo, no porque le grites.
Esto no significa que no pongas límites, pero sí que eliges ponerlos desde la empatía. Según la American Psychological Association, los papás millennials están mucho más enfocados en la inteligencia emocional y la crianza respetuosa que generaciones anteriores.
2. Te involucras en todo (y sin pedir medalla)
Cambiar pañales, preparar biberones, ir a las juntas escolares, levantarte en la madrugada… Lo haces porque es tu responsabilidad, no porque estás “ayudando”. Esa mentalidad, aunque básica, marca una diferencia histórica.
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3. Hablas de tus emociones, y eso no te hace menos hombre
¿Te atreves a decir que estás cansado, abrumado, triste o que necesitas ayuda? Eso, para muchos hombres antes, era inaceptable. Pero tú estás rompiendo esa idea de masculinidad rígida.
Abrirte emocionalmente no solo te libera a ti, también enseña a tus hijos que está bien sentir, pedir apoyo y hablar. Es una herencia emocional mucho más valiosa que cualquier herencia material.
4. No buscas repetir patrones
Muchas veces te cachas diciendo: “Esto no lo quiero hacer como lo hicieron conmigo”. Y ahí está tu mayor acto de amor: cuestionar, romper cadenas y buscar otras formas. Sabes que no tienes todas las respuestas, pero te das permiso para aprender.
5. Pides ayuda profesional si la necesitas
La salud mental masculina era tema tabú. Hoy, cada vez más papás millennials se dan cuenta de que ir a terapia, pedir acompañamiento psicológico o sumarse a grupos de apoyo no es señal de debilidad. Es signo de compromiso.
¿Perfecto? No. ¿Presente? Sí.
No se trata de idealizar. Ser papá millennial también viene con estrés, culpas, dudas y contradicciones. Pero si algo estás haciendo distinto, es estar. Involucrarte. Hacer preguntas. Estar dispuesto a crecer.
