[relacionado id=20661]
Superar un divorcio es uno de los procesos más difíciles que me ha tocado. De la misma forma en que no le deseo a nadie estar en una relación de pareja infeliz, poco sana o abusiva; tampoco le deseo a nadie pasar por el trauma de una separación. Al final del día, tanto dolor sólo vale la pena si hay un aprendizaje, y si, hay cosas que pude haber hecho diferente y tal vez, mi historia hubiera sido diferente. ¿Qué aprendí?
- Acomídete: son los pequeños detalles los que hacen que una pareja se sienta tomada en cuenta. Un antojo del súper, ser tú ahora el que hace algo en casa para que tu pareja descanse.
- No asumas. Ni que tu pareja siente lo mismo que tú respecto a la crianza, ni que va a entender si la dejas en último lugar de tu día.
- No te lo tomes personal. Se padre pone a cualquier en crisis. Por más que lo hayan deseado, cada quien va procesando las emociones y la responsabilidad de manera distinta.
- Duerme. Pide que ayuda por lo menos una noche por semana, para que puedas descansar toda la noche. ¿Has visto como se ponen los bebés que no han dormido? Pues lo mismo pasa a los adultos, el agotamiento deprime y enoja.
- Pide. Pide y pide. Pide apoyo, pide consejo, pide tiempo fuera, pide de comer, pide lo que necesitas, y al mismo tiempo, ten la disposición de escuchar a tu pareja y procurar que reciba lo que le hace falta. No adivines ni esperes que el otro tenga el don de leer la mente.
- Nada es permanente. Si del gozo al pozo hubo una noche sin dormir o un bebé con cólico, también hay una distancia corta hacia la mejor versión de matrimonio para los dos. El chiste es saber que eventualmente el bebé va a dormir toda la noche y con un poco de persistencia, ustedes van a salir mucho más unidos. Y enamorados.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
