Lee: Por qué te da mastitis en lactancia
El verdadero valor de la lactancia
1. No solo das leche, estás dando todo
La lactancia no es solo dar alimento. Es dar tu cuerpo, tu tiempo, tu descanso, tu espacio personal. A veces es llorar en silencio porque otra vez se despertó. O querer un momento para ti y no poder. Es preguntarte si estás haciendo lo correcto, si tu leche será suficiente, si deberías seguir o ya parar.
2. Nadie te advierte de todo esto
Te hablaron de los beneficios, pero nadie te dijo que te arden los pezones, que te duele la espalda, que la ropa ya no te queda igual, que no te sientes tú. Que vas a estar sola muchas veces, sosteniendo a tu bebé a las 3 de la mañana mientras todo el mundo duerme. Que hay días en los que amamantar se siente como cargar el mundo entero en el pecho.
También lee: Cómo sobrevivir la lactancia sin culpa
Pero también…
A pesar de todo, hay momentos en los que algo hace clic. El bebé se calma, tú respiras profundo, y por unos segundos se detiene el caos. No porque sea perfecto, sino porque entendiste que esto también es parte del amor. No el amor de película, sino ese que se construye con desvelos, dudas y piel con piel.

Shhh… La guía definitiva para enseñarle a tu bebé a dormir


¿Y si no pudiste o no quisiste?
No pasa nada. Esta no es una oda a la lactancia como deber. Es una mirada honesta. Si no fue tu camino, también mereces paz. También diste todo. El valor no está en amamantar o no, sino en todo lo que haces cada día por tu bebé.