Por eso, te compartimos una lista de 12 cosas en las que debes poner especial atención.
1. ¿Lograste dejar de distraerte con tus dispositivos digitales?
La idea era atender a tus hijos, el “aquí y el ahora” son el antídoto a tus reacciones.
Obsérvate y decide tomar en serio y tratar tu adicción a Internet.
2. ¿Dejaste de dar las cosas por hecho? ¿Ganaste y disfrutaste el amor de tu pareja, de tus hijos, de tus padres y de quienes te interesa conservar en tu vida? No des las cosas por sentado (amor, sexo, salud, dinero, y demás).
3. ¿Entendiste que tus hijos no valen o dejan de valer por sus calificaciones escolares?
El tip al que nos referimos fue, reducir tu ansiedad respecto a las boletas y observar sus habilidades sociales con la misma importancia que le das a su desempeño académico.
4. Reduce tu verborrea y establece reglas claras en casa para fomentar valores. ¿Lo hiciste?
Acuérdate que en lugar de “cantinflear” o ponerte solemne, tenías que definir los valores
importantes en casa con reglas claras.
Tener normas de colaboración colectiva en el hogar.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
5. ¿Regresaste a lo básico?: Decencia, trabajo ético, amor.
¿Conoces el guión educativo requerido para cuando tus hijos se independicen de ti?
No busques nuevas tendencias globales, trabaja localmente en lo básico de la estructura
de personalidad de tus hijos y de ti misma(o).
6. ¡Éste fue el año de la Empatía!
No es solo “ponerse en los zapatos del otro”, ese es un enfoque limitado y superficial.
Significa estimular la atención en quienes te rodean. Extroversión, no introversión.
Percibir y responder al otro. Que te importe lo que sucede a tu alrededor a pesar de que
no sientas igual que el otro para poder responder.
7. ¿Terminaste con el “Síndrome Selfie”?
Acuérdate que sólo fomenta el narcisismo, aniquilando la empatía.
No adules a tus hijos. Reconocerlos es diferente. Si los alabas, no fomentas su auto-
estima, sino su soberbia.
8. ¿Qué tanto validaste a tus hijos?
La idea era validarlos cada ocasión que mostrarán conductas empáticas.
Es decir, por identificar lo que otros sienten y por responder apropiadamente a dichas
emociones.
9. Dale a tus hijos adolescentes terapia de shock a través del servicio social. ¿Lo hiciste?
Sácalos de su microcosmos consumista y llévalos “voluntariamente a fuerza” a servir a
personas o seres más vulnerables. Que ellos elijan el tema o a quienes desean servir,
pero no es opcional. Háganlo en familia para que funcione mejor.
10. ¿Cómo les fue con la campaña de buenos modales y cero groserías en casa?
¿Pudieron rescatar a Barnie con el: “por favor y gracias”?
Si no lo hicieron, empiecen a pedir las cosas, no las exijas. Nada de “sí güey, no güey”. Auto-
control verbal para evitar la coprolalia (tendencia patológica a proferir obscenidades o
palabras y frases culturalmente consideradas groseras).
11. ¿Qué tanto mejoró su sentido del humor al educar?
No te tomes tan, tan en serio. No posees la verdad revelada y no permitas que se
amargue tu carácter. Cero burlas, más sentido del humor. Dimensiona los problemas y
atiende en serio lo trascendente. No todo es trascendente. No caigas en el trastorno del
catastrofismo o tremendismo.
12. Y no lo olvides, si es que no lo lograste: Comprende y aplica los tres enfoques de la
disciplina inteligente: Preventivo (antes de que haya conductas inaceptables) – Reductivo
(intervención oportuna apenas ocurran actos inaceptables) – Restaurativo (reparación y
resarcimiento de cualquier daño real producido)