Lee: ¿Cómo se forman las bases emocionales de los niños?
El inicio de los recuerdos
La edad promedio en la que un niño empieza a guardar sus primeros recuerdos es alrededor de los tres años con cuatro meses. Antes de este momento es casi imposible que el cerebro haya desarrollado la capacidad para almacenar experiencias. Aun cuando muchas personas aseguren recordar vivencias de cuando eran bebés, se trata, por lo general, de “memorias ficticias” que, más que auténticos recuerdos, son construcciones de cierta información recibida de tus papás, abuelos o cualquier otra persona que guarde el recuerdo de lo sucedido.
De acuerdo con la neuropsicóloga inglesa Catherine Loveday, esta “amnesia infantil” tiene que ver con la velocidad en la que se desarrolla el cerebro en los primeros años de vida. Es como un árbol que debe ser podado para seguir creciendo. De manera similar, los niños que tienen alrededor de dos años están creando tantas nuevas conexiones en su cerebro que necesitan deshacerse de algunas para continuar su desarrollo. ¿Y qué crees que es más importante: el nombre de tus papás, lo que aprendes en los primeros meses de escuela y cómo socializar o si tu mamá te cambió bien el pañal cuando tenías dos meses?
Siembra buenos recuerdos en tus hijos
Considerando lo anterior, es muy importante que siempre pienses en dar a tus hijos experiencias memorables, antes que un millón de juguetes o cualquier otro regalo material. A ver, sí, les va a dar algo de placer y felicidad un juguete nuevo, pero no a largo plazo.
Lejos de lo que podrías suponer, los mejores recuerdos que suelen guardar los niños, pocas veces tienen que ver con viajes espectaculares o tener juguetes caros. Lo que resulta más memorable para ellos son cosas cotidianas y al alcance de cualquier papá.

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Por ejemplo:
- “Que vayan a mi cuarto en la noche, me tapen y me cuenten historias de cuando era más chiquito”
- “Que pasen tiempo conmigo, sin que estén mis hermanos”
- “Que durante la comida hablemos de lo que podríamos hacer el fin de semana y tomen en cuenta mi opinión”
- “Que me dejen mensajes especiales dentro de mi lonchera”
Si haces estas cosas constantemente, es muy probable que a la larga ellos se acuerden específicamente de eso, aunque se olviden de muchas otras. Lo que buscas es que, por repetición, se fijen las cosas buenas en su memoria. No importa qué hagas, cada quien sabe qué es lo mejor para su familia, lo importante es que te enfoques en sembrar cositas que a la larga se conviertan en grandes recuerdos.
Vale la pena invertirle
- Tener en la casa disfraces de todo tipo para jugar
- Pedir una vez por semana comida de un país diferente
- Ir a ver shows y obras de teatro una vez al mes
- Salir de viaje una vez al año
- Hacerle fiesta de cumpleaños, siempre y a cada uno por separado
Que se acuerden siempre…
- Recurre al juego cada vez que puedas, es tu mejor oportunidad para establecer una verdadera conexión emocional con ellos al propiciar una relación de tú a tú
- Usa tu imaginación para crear grandes experiencias con lo que tienes, acuérdate que para los niños un sillón puede representar fácilmente una nave espacial y una caja un barco
- Haz planes que les permitan tener contacto con la naturaleza y no te preocupes de que se mojen o llenen de tierra
- Busca ver mucho a amigos y primos, a los niños les encanta pertenecer a grupos en los que jueguen un rol importante