Los tiempos en los que había que quedarse en una relación que no funciona solo “por los hijos” o por el miedo al qué dirán ya quedaron atrás. Pero aunque no lo creas, todavía hay personas que ven la separación como algo que nos les hace bien. ¿No sabes cómo hablar de divorcio con tus hijos?
El peso del divorcio emocional es grande y difícil, pero puede superarse.
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Antes de todo
- No los pongas por encima de tus emociones
Analicen el manejo que cada ex le está dando a la separación y trabájenlo. Ambos deben estar sanos emocionalmente para poder abordarlo con sus hijos.
- Trata de llevar una relación cordial y respetuosa con tu pareja
No hay mejor manera de ayudarlos a sobrellevar la separación que ver a sus papás tratarse bien.
- Prepáralos
A nadie le gusta que le digan las cosas de sopetón. Antes de llegarles con la noticia del divorcio, díganles que existe un problema entre ustedes y que están intentando resolverlo. Va a ser más fácil digerirlo.


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Durante la separación
- Crea un ambiente relajado y de confianza
Acuerden un día, hora y lugar para hablarlo con ellos. Que todos tengan tiempo, estén cómodos y puedan dejar fluir sus sentimientos. Un restaurante lleno no es la opción.
- Háblalo con naturalidad, tranquilidad y de forma espontánea
Quítate de la cabeza la idea de lo serio, lo formal y lo protocolario; explícales las cosas de una manera sencilla y clara, con un lenguaje de acuerdo a su edad.
- Hazles saber que siguen siendo una familia
El divorcio es la separación de una pareja, pero también implica la transformación de una familia nuclear intacta (papá-mamá) en una binuclear (con dos núcleos), explícales que ninguna es mejor que la otra.
- Cuenten una sola versión, congruente, veraz y sostenible
Una mentira piadosa no los va a salvar del sufrimiento, lo que en realidad les enseñas es a no nombrar las cosas como son.
- Dile a ellos que no son culpables de la situación
Este paso es crucial para evitar que se responsabilicen o crean que pueden hacer algo para que no pase.
- Responde todas sus dudas
Es normal que tengan inquietudes, escúchenlas y respondan las que sean posibles. No les digas que te mueres de miedo, eso no es necesario.
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Después de la separación
- Dales la atención que necesitan
Si para un adulto es difícil, imagínate para un niño o adolescente. Si ves que por más que te esfuerzas tus hijos la pasan mal, busca orientadores o psicólogos que los ayuden.
- Hazlos sentir queridos
Te divorcias de tu pareja, no de tus hijos así que tienes que estar presente y pendiente de sus necesidades emocionales y económicas. Si tú no pue- des, apóyate en la familia y amigos para que te ayuden si por alguna razón, no puedes estar presente.
- Blíndalos contra el qué dirán
Sé muy claro con ellos al explicarles que la gente siempre va a decir co- sas de los demás, y que el estigma de ser hijo de padres divorciados no es más que eso, un estigma.
El error más frecuente es caer en la alienación parental, que es cuando uno de los padres busca generar reacciones negativas de sus hijos contra el otro. O sea, es como un lavado de cerebro que intenta que los hijos sientan desprecio, odio o rechazo contra el otro padre, afectando su desarrollo emocional y psicosocial.