Saber reducir la ansiedad, y demás sentimientos si estás a dieta, es clave para no fracasar. La ansiedad al estar a dieta se presenta cuando dejas los alimentos altos en carbohidratos, que generan endorfinas en el cerebro, lo que provoca que sean adictivos y se anhelen si no se comen.
Una investigación publicada en el International Journal of Eating Disorder, indica que las personas que están limitando su alimentación son quienes tienden a comer más como respuesta a emociones como el estrés y la ansiedad.
La ansiedad hasta cierto punto es ‘natural’, porque cuando tienes la tentación por comer algo y tienes que calmarte, sientes esa ansiedad y lo mejor es pensar si tu hambre es física o emocional.
Haz ejercicio: Cualquier actividad física por simple que parezca, empieza a producir una cascada de sustancias bioquímicas, que contrarrestan los efectos negativos de la ansiedad y el estrés. Pasear al perro, caminar, trotar o correr en el parque, andar en bicicleta; 20 minutos al día y verás la diferencia.
Come alimentos ricos en fibra: Los alimentos de grano entero como los cereales integrales y el yogurt griego, mantienen los niveles de insulina estables y por lo tanto controlan el hambre.
Prepara un té: Los suplementos de manzanilla disminuyen los síntomas de estrés y ansiedad. Un té o infusión de manzanilla 2 o 3 veces al día harán la diferencia. No dejes tus buenos hábitos alimenticios por impulsos de un momento y sigue firme en tu dieta balanceada.
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