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Los juguetes y los roles de género

El​ ​juego​ ​le enseña a los niños y niñas cómo somos y cómo son quienes nos rodean.

juguetes sin genero

¡Mamá, papá! ¡Déjame ser!

Vivimos en una época de cambio. Si bien hace algunos años los roles en la sociedad
seguían existiendo bajo los estereotipos de género, hoy el mundo entiende y celebra la
equidad de oportunidades y obligaciones entre hombres y mujeres.

El​ ​juego​ ​es​ ​la​ ​mejor​ ​herramienta​ ​de​ ​descubrimiento​ ​y​ ​aprendizaje,​ le enseña a los niños y niñas cómo somos y cómo son quienes nos rodean, les enseña a entender nuestro rol en la sociedad y como debemos iniciar y madurar en nuestras relaciones sociales. Sin embargo, no
siempre dejamos que nuestros hijos jueguen a lo que quieren o a lo que les gustaría jugar,
pues les presentamos opciones limitadas debido a cargas de género.

“Que mi hijo juegue con muñecas no es normal” me dijo una vez un papá que estaba preocupado por que su hijo continuamente arrullaba a las muñecas de su hermana. En otra ocasión un papá consternado por que su hija prefiriera los deportes sobre las muñecas comentó que “le daba miedo que fuera machorra”. Estos​ ​miedos​ ​son​ ​injustificados,​ pero
están fundamentados en todas las experiencias y paradigmas sexuales con los que
crecimos.

Las cosas ya no son así. Las escuelas con sistemas co-educativos, empresas con historias patriarcales contratan a mujeres en puestos directivos, padres de familia dedicándose a la crianza de sus hijos y ayudando en las labores del hogar… si, en un par de generaciones han sucedido muchos cambios, los adultos parecemos entender que los roles de género que durante siglos definieron la sociedad, hoy son obsoletos… ¿o no?

Si es así ¿por qué entonces desde que estamos embarazadas y nos informan el sexo de
nuestros bebés, decoramos sus cuartos de rosa o de azul, con flores o balones, compramos
colchas “de niña” o “de niño”? Incluso​ ​antes​ ​de​ ​que​ ​nazcan​ ​nuestros​ ​hijos,​ ​estamos
otorgándole​ ​un​ ​peso​ ​social​ ​al​ ​género.

Y esto continúa durante los primeros años, en donde la mayoría de los juguetes que
compramos, están relacionados con el sexo y se traspasa a una identificación de roles de
género que cargamos durante todas nuestras vidas. Afortunadamente, existe ya una oferta interesante de juguetes orientados al desarrollo de habilidades y aprendizajes, que se presentan sin género, lo que permite a los padres elegir en base a los intereses de su hijo y no a su sexo. 



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El mundo de hoy debe renovarse y dar respuesta a las necesidades planteadas desde un
plano de libertad, igualdad y respeto entre hombre y mujeres, niños y niñas. Debe​ ​priorizarse​ ​el​ ​juego​ ​neutro​ para el desarrollo del menor, y debemos aceptar que tal vez, si nuestros hijos desean jugar con muñecas, no es por que “quieran ser niñas” como muchas veces se piensa, sino porque quieren ser buenos papás. O bien, si nuestras hijas disfrutan de construir, no es por que “no sea femenina”, sino porque tiene un gran futuro como arquitecto.

¿No sería momento de que como sociedad luchemos por una equidad de género para
nuestros hijos desde que son niños?

Cuando logremos quitar​ ​de​ ​nuestra​ ​mente​ ​los​ ​estereotipos​ con los que crecimos y demos
paso a nuevos paradigmas que celebren la inclusión y la igualdad, entonces podremos decir
que los adultos celebramos​ ​la​ ​individualidad​ ​de​ ​nuestros​ ​hijos​ ​y los respaldamos al
respetar sus gustos y fomentarles valores universales.

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