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10 razones para viajar en pareja (y sin hijos)

¿Está bien que tú y tu pareja se vayan de viaje sin su hijo? Aquí te damos algunos motivos para que lo hagas sin culpa.

Hace poco, en una caricatura llamada Los padrinos mágicos, pasaron un episodio en el que Timmy Turner, el protagonista de 12 años, se quedaba en casa a cargo de la niñera mientras sus padres se iban de vacaciones. a simple vista puede parecer que se trata de un acto desalmado, pues los ratos libres de los papás por lo regular significan tiempo de calidad con los niños; sin embargo, la cosa no es tan simple, especialmente si nuestro trabajo en casa y en la oficina nos impide tomar ese descanso tan deseado o tener intimidad con la pareja.

Si estás ante la disyuntiva de llevarte o no a tu hijo estas vacaciones y te preocupa tomar una “mala” decisión o convertirte en una mala madre, estos 10 puntos te ayudarán a decidirte.

 

1. Bebé también necesita descansar de ti

Aunque te parezca increíble, él también desea pasar tiempo con otras personas, como sus abuelos o sus tíos. por eso, en estas vacaciones, por qué no lo dejas en casa de algún familiar; así le permitirás aprender otras costumbres y hábitos (por ejemplo, los relacionados con la alimentación, la limpieza y el orden), además, ¡podrá jugar por horas con sus primos!

 

2. No culpes a la playa

Seguro te ha pasado: cuando por fin tienes el tiempo para estar con tu pareja, alguna situación relacionada con tu hijo se atraviesa. para esto, nada mejor que unas noches en la playa, en las que el centro de atención sean únicamente ustedes, sus deseos y necesidades.



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3. Pero… ¡él también debe divertirse!

El más beneficiado con tener una madre tranquila y relajada es tu bebé –como sabemos, los niños sienten y resienten el estado de ánimo de los adultos–. Además, al permitirte un tiempo a solas, le das el mensaje de que todos tenemos derecho de decidir sobre nuestro tiempo libre y que irte de viaje sin él no significa que no disfrutes los ratos de madre e hijo, sino que necesitas recargar las pilas para realizar todos los planes que tienen juntos.

 

4. La culpa me invade

Para olvidarse de ella, es importante reconocer su causa. Por ejemplo, ¿te preocupan los días que pasarás sin él? Viéndolo objetivamente ser buenos padres no significa estar 365 días al año, 24 horas al día al pendiente de ellos, pues la calidad siempre será mejor que la cantidad, y si este asueto lo único que tendrá es a una mamá fatigada y con ganas de no despegarse del sillón o la cama, la diferencia entre que estés ahí o no será mínima.

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5. El dinero del viaje debería gastarlo en bebé

Tal vez sí, pues tu hijo depende totalmente de ustedes, desde la comida hasta la ropa que usa; pero esto ya lo hacen, son buenos padres y procuran que tenga todo lo necesario, entonces… ¿por qué no ocupar un poco de sus ingresos –que con tanto esfuerzo obtienen– en pasar tiempo de calidad como pareja?, ¿o visitando esa ciudad mágica de la que todos hablan y que llevan años queriendo conocer?

 

6. Es muy pequeño para estar sin su madre


Nosotras siempre tenemos un pretexto para no hacer lo que queremos, creemos que si el bebé no nos ve siempre, se olvidará de que existimos o nos guardará rencor –y que lo mostrará con mayor fuerza durante la adolescencia-. Efectivamente, representas el lazo más fuerte que tendrá en toda su vida, por lo que es difícil que lo rompa si le cuentas cuando sea mayor –aunque es poco probable que lo recuerde– que el verano de 2011 lo pasaste sin él. Quizá cuando lo dejes llore un poco, pero cuando regreses no se querrá despegar de ti y será el pretexto perfecto para pasar más tiempo a su lado.

 

7. Aún sigo amamantando

El biberón es una gran ayuda en estos casos, y no es necesario que dejes de lactarlo definitivamente; mientras te extraigas la leche, tu producción no se verá afectada.

 

8. No tengo a nadie que lo cuide

Si éste es tu caso, una dinámica que puede funcionar es que tú y tu pareja tomen vacaciones aparte, es decir, mientras te vas él cuidará al niño, y viceversa. El otro beneficio que obtendrás al realizarla es que favorecerás la relación padre-hijo, ya que dejarás que se involucre aún más en los cuidados y bienestar de su hijo.

 

9. “Es que nunca me traes al niño”

Al dejárselo a la abuela, ya sea materna o paterna, matas dos pájaros de un tiro: disfrutas sin problemas esos ratos para descansar, y terminas con las frecuentes peleas porque tu mamá y la de tu pareja piensan que no pasan “suficiente” tiempo con él.

 

10. Date la oportunidad

La felicidad no es un objetivo que se pierde cuando nos convertimos en padres, todos tenemos derecho de buscarla y experimentarla a nuestro modo, sin importar que sea solos o en familia.

Esta nota apareció en nuestra edición impresa número 70

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