“Ante este uso cada vez más popular, es importante que las mujeres en edad fértil que están bajo tratamiento de cualquier fármaco para bajar de peso, no estén buscando un embarazo en esos momentos”, explica el doctor Luis Jesús Dorado Panameño, especialista en nutrición clínica y obesidad.
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¿Qué son los inyectables para bajar de peso?
Dorado Panameño explica que los inyectables para bajar de peso pertenecen a un grupo de medicamentos llamados análogos de GLP-1. Esta hormona, que el cuerpo produce de forma natural en el intestino, ayuda a regular el azúcar en la sangre, el apetito y la digestión. El problema es que su efecto dura muy poco. Por eso, al aplicarse en forma de inyección, permanece más tiempo activo y así contribuye a controlar tanto el peso como la glucosa.
En la actualidad existen tres fármacos inyectables aprobados para bajar de peso: semaglutida, liraglutida, dulaglutida o tirzepatida que únicamente se adquieren con receta médica. “Todos tienen la terminación TIDA porque se agrupan dentro de la misma clase terapéutica. Es decir, que comparten un mismo mecanismo de acción ”, explica el experto.
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Embarazo e inyecciones para bajar de peso ¡suspéndelos de inmediato!
En estudios con animales de laboratorio, semaglutida, liraglutida, dulaglutida o tirzepatida se demostró que estos medicamentos generan anomalías permanentes en la estructura y/o función del embrión o el feto así como restricción del crecimiento fetal. Por eso, es fundamental suspender de inmediato su uso.
Las recomendación es “que si la mujer está buscando un embarazo ya sea natural o bien por algún tratamiento de fertilidad debe suspender sus inyectables para bajar de peso al menos 8 semanas previas a iniciar con una fertilización in vitro o una implantación de un óvulo”, aconseja Dorado Panameño.
¿Para quiénes están recomendadas las inyecciones para bajar de peso?
El entrevistado Dorado Panameño explica que son diversas las condiciones que conllevan al uso de este tipo de fármacos, entre los que sí pueden utilizarlo están:
- Personas con índice de masa corporal mayor a 30.
- Personas con índice de masa corporal menor a 30 pero que además tienen resistencia a la insulina, diabetes o hipertensión.
- Personas que tienen obesidad y problemas con el colesterol
- Personas que tienen hígado graso.
Aunque son eficaces, usarlos sin control puede traer consecuencias: náuseas, vómito, cansancio, diarrea, deshidratación, problemas en el metabolismo e incluso alterar la insulina. Todo esto es más riesgoso si no hay una valoración médica previa ni un seguimiento adecuado.
“El uso de cualquier tratamiento farmacológico debe realizarse bajo prescripción médica y con seguimiento continuo. Los GLP-1 no son la excepción, ya que son fármacos que requieren evaluación clínica, criterio médico y acompañamiento especializado”, explica Dorado Panameño quien además recomienda que durante la lactancia tampoco se utilicen.