¿Las experiencias de tus abuelos pueden afectar el desarrollo genético de tu hijo? La epigénetica o Herencia epigenética transgeneracional es una ciencia novedosa que estudia cómo los factores ambientales afectan o modifican la salud no sólo de quienes están expuestos a ellos, también de sus descendientes al cambiar cómo se activan o desactivan ciertas instrucciones genéticas, no los genes mismos.
Para decirlo más fácil, los malos hábitos alimenticios pueden “activar” el gen de la diabetes o la tendencia a la obesidad y “desactivar” ciertos genes relacionados con la longevidad o el control del apetito. Lo mismo con fumar, con las adicciones o el estrés. Cada vez más estudios afirman que la forma en que los papás viven, manejan la tensión y las emociones puede cambiar la manera en que las células (que es donde se encuentran nuestros genes) se desarrollan. Para la salud y para la enfermedad.
Un artículo publicado en Front Psychiatry encontró que hay fuerte evidencia de que las experiencias en los primeros días y meses de vida forman el cerebro, no sólo emocionalmente, sino a nivel celular. Un bebé en un ambiente amoroso tiene muchas más posibilidades de ser un adulto con salud emocional.
[relacionado id=1212]
En relación con la epigenética han surgido otras ramas de estudio en la neurociencia, la sicología y la biología que parten del principio de que el ambiente afecta a los genes de forma más rápida de lo que antes se consideraba. Esto es una excelente noticia, porque quiere decir que lo que hoy hagas diferente pude cambiar tu historia y la de tus hijos.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
La Bioneuroemoción es una de estas ramas, que considera que “somos la expresión de nuestros genes -genoma-, pero sobretodo, somos la expresión de nuestro epigenoma. De alguna forma, nuestras vidas son la expresión de estos programas; y cuanto antes tomemos conciencia de ello, tendremos las herramientas para poder sanarnos de una forma simple, llana y plena que nos permitirá ser más dueños de nuestros destinos”, explica de su fundador, Enric Corbera del instituto con su nombre.
En conclusión, a pesar de que cada ser humano nace con un código genético, sus pensamientos, emociones y hábitos cambian qué instrucción genética se activa. El poder de lograrlo radica en qué tan consciente seas de tus actos y decisiones. Elige comer más saludablemente, trabaja tus emociones, descansa y haz ejercicio. Obsérvate y al tomar mayor conciencia, podrás reescribir el futuro genético de tu familia.