La superficie de los glóbulos rojos contiene diversas proteínas que pueden ser identificadas por el organismo como antígenos.
Los antígenos son sustancias que inducen la formación de anticuerpos debido a que el sistema inmune los reconoce como una amenaza. Estas dos proteínas antigénicas son A y B, por lo que la sangre se clasifica en cuatro grupos sanguíneos de acuerdo a la presencia de estos antígenos y son:
- A, que contiene el antígeno A.
- B, incluye el antígeno B.
- AB, contiene ambos antígenos.
- 0 (cero), que no tiene antígenos.
El plasma de la sangre contiene anticuerpos contra los antígenos opuestos. Es decir, una persona con tipo sanguíneo A, posee anticuerpos contra el antígeno B. Así, el sistema inmune puede distinguir normalmente entre las células de su propia sangre y entre otras.
El grupo sanguíneo O, es el gran donador, ya que no contiene ninguno de los dos antígenos que pueden dar lugar a una reacción inmune (de defensa) del organismo. Es decir, la sangre puede transfundirse a personas que pertenezcan a cualquiera de los otros grupos sanguíneos.
Se estima que el 60% de las personas pertenece al grupo 0, el 25% al grupo A, el 10% al grupo B y el 5% al AB.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
¿Qué es el Rh?
Los factores Rhesus (RH) son otro grupo de antígenos. Las personas con factores Rhesus en la sangre se clasifican como Rh positivas, mientras que aquellas que no cuentan con estos factores se clasifican como RH negativas.
Si una persona Rh negativa está expuesta a sangre Rh positiva, formará anticuerpos contra este factor.
Rh negativo y embarazo
Si una mujer es Rh negativo y su pareja también, no existen riesgos para el embarazo, ya que los hijos heredarán el mismo tipo sanguíneo. Sin embargo, si la mujer es Rh negativo y su pareja es Rh positivo, se corre el riesgo de que el bebé herede el tipo sanguíneo del padre y haya incompatibilidad Rh.
[relacionado id=2486]
Si esto sucede, los glóbulos rojos del feto pueden pasar al torrente sanguíneo de la madre a través de la placenta. El organismo de la madre no tolerará la presencia de glóbulos rojos Rh positivos provenientes del bebé, por lo que producirá anticuerpos para atacar a las células fetales Rh positivas -como si fueran una sustancia extraña-. Esta reacción puede provocar un aborto, la interrupción del embarazo antes de que el feto sea viable o incluso llegar al óbito (muerte fetal en útero).
Para que una mujer Rh negativa sepa si está sensibilizada al factor Rh negativo debe realizarse una prueba llamada Coombs indirecto. Si el resultado es negativo no hay ningún problema, pero si es positivo se debe realizar una determinación del grado de sensibilidad, pues éste estará en relación directamente proporcional al grado de destrucción de la sangre del bebé.
Si el grado de destrucción es alto, el bebé puede presentar ictericia y ser necesario el cambio total de su sangre.
¿Qué hacer?
Si tu hijo no ha nacido y se detectó que ya ha sido afectado por la incompatibilidad Rh, te pueden aplicar vacunas para disminuir los niveles de anticuerpos y así frenar la destrucción sanguínea fetal. En casos extremos, también puede ser necesaria una transfusión intrauterina.
Si estás intentando embarazarte o ya estás embarazada, consulta a tu ginecólogo y averigua si estás sensibilizada al factor Rh.