“Estas maniobras las utilizamos con frecuencia para conocer la posición del feto y así ofrecerle a la mujer una recomendación de cómo sería mejor el nacimiento de su hijo, puesto que al final del embarazo el pequeño se mueve mucho y puede ir cambiando de posición día tras día, pero cuando no existen las condiciones necesarias para que nazca vía vaginal se recomienda la cesárea”, explica la gineco-obstetra Guillermina Ramírez Argüelles.
Todo lo que debes saber sobre las maniobras de Leopold
Las palmas de las manos son como un ultrasonido
Cuando no se tiene la oportunidad de realizar un ultrasonido y conocer la cómo “viene el bebe”, los expertos en ginecología y obstetricia llevan a cabo las maniobras de Leopold, que permiten incluso momentos antes del parto o cesárea, conocer la posición del pequeño.
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Son las palmas de las manos las utilizadas para palpar el abdomen y llevar a cabo las maniobras de Leopold que se clasifican en cuatro:
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A) Presentación fetal
Gracias a esta maniobra se precisa si el feto viene en posición cefálica o pélvica. Es decir, si el bebé viene de “pompas” o de cabeza.
B) Posición fetal
Mediante esta maniobra se puede determinar si el dorso del feto se encuentra del lado derecho o izquierdo con relación a la madre.
C) Situación fetal
Con esta maniobra se precisa cuál polo fetal ocupa la parte inferior del abdomen materno. Es decir, cefálico (cabeza), transversal (atravesado), oblicua (en diagonal) o podálico (pies). Con esta maniobra se confirma la presentación fetal
D) Actitud fetal
La maniobra permite que se palpe la relación que guardan las distintas partes fetales entre ellas. Normalmente la actitud cambia a lo largo de la gestación y en los últimos meses el producto toma su actitud definitiva. Puede encontrarse en actitud indiferente, en flexión (lo más frecuente), en extensión o en hiperextensión.
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Con esta cuarta maniobra se checa si el feto está con los brazos doblados, las piernas estiradas o viceversa, si tiene la cabeza hacia adelante o atrás y demás.
*Imagen: Wikipedia
“Las maniobras de Leopold se recomiendan hacerse a partir de la semana 32, porque antes podrían lastimar al binomio: madre-hijo; además, estas maniobras deberán realizarlas expertos para que no sea doloroso para la madre”, recomienda la entrevistada, quien indica dichas maniobras también “nos precisan el fondo uterino es decir, la distancia entre el pubis y la parte superior del útero”.
Las maniobras de Leopold están diseñadas para ser realizadas por personal experimentado ya que, si se practican por alguien que no tiene conocimiento, podría causar molestias al feto. También cabe aclarar que se requiere un ultrasonido para determinar con certeza la posición del bebé.
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