En la diabetes gestacional (GMD) hay una alteración en los niveles de azúcar en la sangre. Para diagnosticarla no basta con un examen, pues en el metabolismo de la glucosa influyen el peso corporal, factores dietéticos y étnicos, historia familiar, estrés, actividades glandulares del cuerpo, etcétera, por eso es recomendable consultar a un endocrinólogo o a un obstetra con experiencia para controlarla.
Si el problema se detecta pronto y se mantiene bajo control (llevar la dieta necesaria, hacer ejercicio y estar pendiente de los niveles de glucosa) los riesgos para el bebé son mínimos. La asesoría alimenticia ayuda a prevenir algunos de los problemas asociados con dicha diabetes.
Si el problema no se detecta a tiempo o no se controla correctamente es posible que el bebé nazca más grande, ya que subirá de peso al estar expuesto a un exceso de azúcar en la sangre, además existe la posibilidad de que haya problemas al nacer debido a que también aumenta el tamaño de la cabeza (macrosomía); asimismo, se incrementa el riesgo de anomalías congénitas.
De acuerdo a información de la OMS, alrededor del 10% de las futuras mamás desarrollan esta enfermedad, considerada una de las más comunes del embarazo.
¿Cómo saber si padeces diabetes gestacional?
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Por desgracia, la diabetes gestacional usualmente no presenta ningún síntoma. Por esta razón, a casi todas las mujeres embarazadas se les realiza una prueba que se llama prueba de tolerancia a la glucosa entre las 24 y las 28 semanas.
No obstante, las mujeres que tienen alto riesgo de padecer diabetes (con obesidad o predisposición hereditaria), los especialistas les recomiendan hacerse la prueba desde las primeras semanas de embarazo y repetirla entre las semanas 24 y 28, si el resultado sale negativo.
Si la prueba sale positiva, no quiere decir que tengas diabetes del embarazo, sino que hace falta una prueba más detallada (prueba de tolerancia a la glucosa, o GTT por sus siglas en inglés) para saberlo con seguridad.
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¿La diabetes gestacional afecta al bebé?
Como mencionamos, si la diabetes gestacional no es detectada y tratada adecuadamente puede tener consecuencias para el bebé.
Cuando la diabetes aparece, significa que hay una gran cantidad de azúcar circulando por la sangre de la madre y que le llega directamente al bebé. Esto obliga al páncreas del bebé a producir más insulina para procesar la glucosa. El exceso de azúcar e insulina en la sangre puede provocar que el bebé engorde mucho mientras aún está en el útero.
Por consiguiente, si un bebé es demasiado grande, será más difícil tener un parto vaginal, lo que orilla a tener una cesárea.
¿Qué hacer si padeces diabetes gestacional?
Es claro que dependiendo de la gravedad de la enfermedad, depende el tratamiento que recomiendan los médicos.
Los consejos básicos para combatir este problema son:
- Seguir una dieta balanceada y visitar a un nutriólogo que te brinde un plan de alimentación específico, de acuerdo a tu altura, peso y nivel de actividad.
- Hacer ejercicio moderado que ayude a tu cuerpo a procesar la glucosa. Caminar o nadar 30 minutos al día es una opción perfecta.
- Acudir a la insulina solo si tu médico te lo recomienda.
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Después del parto
Después de nacer, es factible que existan complicaciones para estabilizar la glucosa del bebé, ya que durante la gestación, se acostumbró a cantidades elevadas de azúcar, lo cual hace que el páncreas produzca insulina en exceso. Es posible que resulte problemático estabilizar su temperatura durante las primeras horas e incluso días.
Además, los bebés de mamás que padecieron diabetes gestacional, suelen tener problemas para regular sus niveles de glucosa en la sangre. Esto es porque su páncreas sigue produciendo insulina en exceso, pero como ya no recibe el azúcar que adquiría de la madre, esta insulina excesiva consume de inmediato la glucosa del bebé, que ahora tiene un nivel normal. Esto se conoce como hipoglucemia (nivel bajo de azúcar en la sangre).
Si padeces diabetes gestacional, el equipo médico que te atienda durante el parto deberá revisar los niveles de azúcar en la sangre del bebé. Si son bajos, te recomendarán que lo amamantes lo antes posible, o bien, le proporcionarán un poco de fórmula o agua con glucosa. En casos muy severos de hipoglucemia, pueden administrarle glucosa por vía intravenosa.
Por su parte, la mayoría de las mujeres con diabetes del embarazo no siguen siendo diabéticas después del parto. Sin embargo, son más propensa a desarrollar diabetes gestacional en su próximo embarazo.
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