Es común recibir constantemente buenos deseos y palabras positivas en este nuevo capítulo de su vida, pero también se encuentran ante algunos muy poco favorecedores. Este tipo de comentarios no siempre son intencionalmente groseros, insensibles, o inapropiados, pero pueden incomodar fácilmente a una mujer que está en una montaña rusa hormonal. Toma nota y ahórrate la pena.
- “¿Fue planeado?” No sabemos exactamente qué parte de la sociedad considera que es buena idea hacer esta pregunta, que bien se pueden traducir en “¿Tiene relaciones sexuales con regularidad? ¿Estás utilizando un anticonceptivo? ¿Tienes un conocimiento básico del sistema reproductivo humano?”.
- Decir «Casi no se te nota”, o peor aún, “¿Estás esperando gemelos?”. De hecho, lo mejor es no hacer ningún comentario sobre el tamaño del vientre de la próxima mamá. Es común que algunas mujeres puedan no sentirse muy cómodas con eso, así que mejor no quedes mal; un simple “te ves preciosa” es suficiente.
- “Duerme ahora, porque no lo vas a hacer en mucho tiempo”. Existe la creencia de que las mujeres embarazadas difícilmente volverán dormir bien o tener un poco de tiempo para ellas después de que nace el bebé. ¡Tenemos noticias! Los papás también tienen vida. Claro, los horarios de sueño pueden ser variables y las prioridades cambian, pero no quiere decir que la diversión se acabó: tener un bebé en casa hace la vida más disfrutable.
- “¿No eres demasiado joven/grande para tener un hijo?». No tiene sentido remarcar la edad de una mujer durante el embarazo. Esta es su decisión y cualquier comentario no cambiará nada, es probable que solo la pongas en una situación incómoda.
- “Hice X, Y y Z en mi embarazo, creo que también deberías hacerlo”. Es posible que hayas tenido un embarazo perfecto, que hayas parido sin la ayuda de una epidural, en tu casa, y todo salió bien. ¡Qué suerte! Pero a menos que te pidan que compartas tus experiencias y recomendaciones, no des consejos no solicitados. Cada embarazada debe experimentar esta etapa bajo sus propios términos y decisiones.
- «No deberías comer esto o aquello». Lo que una mujer embarazada decide comer, beber y hacer lo deciden entre ella y su médico. Te aseguramos que ha tenido largas consultas con su ginecólogo respecto a lo que está bien y lo que no, por lo que mejor no lo hagas.
- “Ojalá que sea niña, son más tranquilas” o algún tipo de preferencia por el sexo del bebé. Dejemos los juicios de género para otros temas; lo único que quieren las mamás es parir a un ser humano completo y muy sano.
- “¿Puedo tocar tu panza?” Esta parece muy inofensiva, y lo es si se trata de alguien conocido, pero pasa algo con todo el mundo cuando ven a una mujer embarazada: sienten el impulso de tocarle el vientre sin pensar en su espacio personal.
- “¿Sigues embarazada?” Sin comentarios. Ni se te ocurra.
- [Inserta una historia grotesca de embarazos aquí]. Entendemos que miles de personas tienen bebés todos los días, pero nadie quiere oír la historia de la chica a la que orillaron a tener una cesárea innecesaria o cualquier tipo de pesadilla relacionada con violencia obstétrica. ¿Por qué no le cuentas de la mujer que tuvo un parto sin complicaciones y nada malo pasó y se fue a casa con su bebé felices?
¿Qué es lo peor que te han dicho a ti?