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El efecto del alcohol -aunque sea un poquito- en los bebés

¿Una copita nada más? ¡Piénsalo bien!

“Tómate una copia, no pasa nada”, “Un traguito, tampoco te vas a emborrachar” y “Cuando estaba embarazada, me tomaba una cerveza cada que se me antojaba y no me pasó nada”, son algunas de las frases que a menudo escucha una embarazada si le toca ir a algún festejo donde haya alcohol de por medio.

Y es que se sigue creyendo que un poco de alcohol no puede afectar en absoluto al feto, pero lamentamos decirte que varias investigaciones dicen completamente lo contrario.

 

Pequeños tragos

 

De acuerdo a un estudio publicado en la revista científica JAMA Pediatrics – The Science of Child and Adolescent Health, consumir pequeñas cantidades de alcohol durante el embarazo puede afectar la forma del cráneo y rostro del feto.

Los investigadores llegaron a esta conclusión luego de analizar los casos de 1.570 mujeres embarazadas a las que siguieron durante su gestación, tras el nacimiento y hasta la edad de un año de cada uno de sus hijos. De todas ellas, el 27% explicaron que habían seguido bebiendo al menos un poco de alcohol en el embarazo.



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A los 12 meses del nacimiento de los bebés, se hicieron fotos de 415 de ellos con múltiples cámaras y desde diferentes ángulos. Con dichas imágenes se crearon imágenes 3D de cada uno de los niños en que se podían analizar hasta 70.000 puntos de la cara de cada uno. De este modo, pudieron ver las diferencias sutiles en la formación del rostro de aquellos bebés cuyas madres habían bebido alcohol en comparación con los bebés de las que no lo habían consumido. El rasgo más evidente, al parecer, fue que tenían una nariz un poco más curva hacia arriba, y a la vez un poco más corta.

“No sabemos si los pequeños cambios en la forma de la cara de los niños están conectados de alguna manera con las diferencias en su desarrollo. Tenemos el objetivo de ver esto a medida que los niños crezcan” explica Jane Halliday, directora de la investigación. Por lo que continuarán con el estudio científico para corroborar si estos cambios son duraderos o influirán de por vida a los niños estudiados.

Es por eso que los investigadores instan a las madres que han bebido poco durante el embarazo a no preocuparse, porque por ahora no se tienen más datos, y porque son conscientes de que muchas mujeres beben cuando aún no saben que están embarazadas.

 

Alcoholismo

 

Lo que sí está confirmado es que, cuando las mujeres beben mucho alcohol durante el embarazo, los bebés llegan a padecer síndrome alcóholico fetal, en el que, además de haber afectaciones en el desarrollo del cerebro, se presentan las siguientes consecuencias:

  • Alteraciones faciales como labio superior plano, ojos de tamaño inferior al normal, mejillas aplanadas y surco nasolabial poco desarrollado
  • Bajo peso al nacer y menor perímetro craneal
  • Atraso en el crecimiento, retraso mental o en el desarrollo del cerebro, así como problemas de motricidad fina
  • Afectaciones cardíacas
  • Disfunción orgánica y/o renal
  • Dificultad de aprendizaje, problemas de comportamiento como hiperactividad, incapacidad para concentrarse, testarudez, impulsividad y ansiedad

El feto es particularmente vulnerable pues tiene una eliminación de alcohol ineficiente; sólo logra eliminar 3 o 4% del total y estará expuesto de forma prolongada a esta sustancia. Si lo excreta al líquido amniótico tiene riesgo de reciclarlo y seguirlo consumiendo en una cadena interminable.

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