Hay frases que te parten en dos. «No hay latido» es una de ellas. En un segundo, todo lo que imaginaste que podría pasar se va, y te enfrentas a una realidad que duele en el cuerpo y en el alma. Se trata de la pérdida gestacional.
Lo que nadie te dice sobre el proceso físico
La pérdida gestacional no es solo emocional, también es un proceso físico difícil. Hay sangrado, dolor, contracciones… en muchos casos, es como un parto, pero sin bebé. Y aunque el cuerpo “se recupere”, el corazón tarda mucho más.
No hay un manual para este duelo
La gente suele esperar que estés bien pronto, que sigas adelante como si nada. Pero el duelo no funciona así. No hay una forma “correcta” de vivirlo. A veces querrás llorar sin parar, otras solo querrás silencio. Todo es válido.
Vivimos en una sociedad que no sabe qué hacer con el dolor ajeno. En lugar de decir “llora todo lo que necesites, te acompaño”, nos dicen “sé fuerte, no llores”. Pero llorar no te hace débil. Sentir es parte del proceso.
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Cada pérdida gestacional importa
Aunque nadie más haya conocido a tu bebé, tú sí. Lo sentiste, lo amaste y lo soñaste. Su existencia fue real, y tu dolor también lo es. No estás sola.
Si te ayuda, puedes encontrar formas de honrar su recuerdo: escribirle una carta, plantar un árbol en su honor, usar una joya simbólica o simplemente hablar de él cuando lo necesites. No hay una sola manera de hacerlo, pero todas son válidas.

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