Todo sobre el parto eutícico y distócico
Los médicos clasifican el momento del parto como eutócico y distócico, “el primero significa que no hubo ninguna complicación de origen materno, o por situaciones fetales ni por el ambiente del nacimiento”, explica el gineco-obstetra Jesús Luján Irastorza, presidente de la Fundación ProNatal.
Parto sin complicación o eutócico
Ocho e incluso nueve de cada diez mexicanas tienen un parto eutócico. Es decir, que la mujer no desarrolló ninguna enfermedad durante el embarazo, tampoco su bebé tuvo alguna circular o cualquier otro problema con el cordón umbilical y, además, llego en tiempo y forma al hospital, donde la atendieron con respeto, dignidad y profesionalismo.
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“El parto por lo general tiene una duración de diez horas, en promedio, pero algunos médicos no desean esperar e inducen la llegada pronta del bebé con medicamentos o tocamientos, pero hay que respetar que el pequeño aún no está preparado para salir”, precisa en entrevistado.
Además, “todos los nacimientos son distintos, pero en algunos hospitales quieren atenderlos de igual manera; por ello, es importante conocer bien al médico que te asistirá y sentirte cómoda con él para que tu parto fluya lo más natural posible”, recomienda Luján Irastorza.
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Parto complicado o distócico
El parto distócico es uno complicado ya sea por causas maternas, condiciones fetales o debido al ambiente del nacimiento. “Sólo uno o dos partos de cada diez en México son distócicos, pero aún así las cesáreas son una constante en todo el país, puesto que no se respetan los momentos del parto y los médicos deciden apresura el nacimiento con una cesárea”, lamenta el entrevistado.
Entre los problemas que generan un parto distócico están:
- Enfermedades de la madre como hipertensión, diabetes gestacional o tipo 2 y obesidad.
- Estrés de la madre al momento, ya sea porque no confía en el médico, en su cuerpo (falta de confianza en sí misma) o tiene algún problema personal. El estrés genera cortisol que inhibe que el bebé gire adecuadamente.
- Alteraciones en la presentación de la placenta. Es decir, que se ubique en un lugar erróneo (por ejemplo cerca del cérvix), que no esté oxigenando de forma correcta o que se desprenda antes de tiempo.
- Problemas con el cordón umbilical. Solo 30% en los nacimientos tienen una vuelta de cordón umbilical que no está tensada por lo que tampoco representa un riesgo para el bebé. En cambio, uno por ciento de las circulares del cordón umbilical son de dos vueltas y están además tensas.
- Líquido amniótico de color verde —se llama meconio— y surge porque al bajar un poco el flujo de oxígeno de la placenta, el esfínter del ano del bebé se regala y expulsa sales biliares. Ello genera sufrimiento fetal y tiene que resolverse con una cesárea de emergencia
- Deficientes posiciones del bebé. Por ejemplo, que el pequeño no esté de cabeza, sino al revés y no podrá salir de forma pélvica.
- Que la madre tenga pubis estrecho y no logre pasar el bebé adecuadamente, para ellas también la cesárea es la opción ideal.
- Hospital y médicos incapacitados para atender el parto y que vaya complicado.
Por otro lado: El parto vaginal respetado
El momento del parto es tan importante como el cuidado del embarazo, por ello, el médico recomienda que lleves un buen control prenatal, así como selecciones un hospital que te de confianza así como su personal médico.
“No tiene por qué ser un momento de sufrimiento, por el contrario, tiene que ser un momento fantástico para la madre, el recién nacido y el padre. No debe padecerse o temerse”, concluye el experto.
