¿Conoces a alguien que haya consumido su placenta?
La placenta es un órgano temporal, vascular, de síntesis, fundamental para la realización de la vida y que pertenece o sirve a dos personas: madre y bebé. Sin placenta no hay gestación posible. Nuestra cicatriz umbilical (el ombligo) nos recuerda de manera permanente a nuestra placenta y el cordón a través del cual nos mantuvimos con vida y conectados a ella. El bebé está realmente conectado a través del cordón umbilical a la placenta y ésta a su vez, adherida al útero de mamá.
En muchas culturas a través de la historia, la placenta ha sido digna de un trato especial; se le da reconocimiento y agradecimiento de nivel ceremoniales, mientras que en otras sociedades, como la nuestra (mayormente occidental), la placenta es tratada en la mayoría de los casos como un desecho biológico y médico, del cual hay que deshacerse al cabo de nacer. Es un procedimiento de la industrialización del nacimiento. El bebé en el útero y su placenta tuvieron origen del mismo óvulo y espermatozoide y por ello son genéticamente idénticos.
Conoce: ¿Qué es la placenta adherida o placenta accreta?
La placenta es el órgano que se encarga de tomar del cuerpo de mamá todo lo que el bebé necesita para formarse eligiendo y transportando los mejores y vitales nutrientes a través de la sangre. La placenta es el primer nexo entre la madre y su bebé, la vía de comunicación por la que se transmiten hormonas, nutrientes y sangre, que además actúa como barrera para proteger al bebé de bacterias dañinas.
La palabra “placenta” significa en latín “Torta” por su forma similar a un pastel. En ella se pueden distinguir dos caras: un lado fetal del cual se inserta el cordón umbilical y que a siempre vista por las ramificaciones venosas parece un “árbol de la vida” y un lado materno que está formada por cotiledones de tejido rico en nutrientes y que es la parte pegada al útero.
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La placenta llega a pesar entre 500 y 700 grs. y al momento en que sale del cuerpo materno se le conoce como “alumbramiento”. El desarrollo de la placenta y la transfusión de fluidos comienza a partir de la tercera semana de gestación y es un órgano completo y funcional que para la doceava semana de embarazo ofrece al bebé funciones como… los pulmones: oxigenar la sangre; riñones: limpiar la sangre; hígado: hormonas; sistema digestivo: nutrición; y sistema inmune: ofrece anticuerpos. Cuando el bebé nace y la placenta ya no requiere pasar al bebé sangre de la madre, se desprende el útero de manera natural e involuntaria en un lapso de entre 6 y 20 minutos promedio.
En ella existe una cantidad importante de sustancias tales como el hierro, otros minerales, vitaminas (como la K y su importancia antihemorrágica), lactógeno placentario (que interviene en la producción de leche), hormonas y sustancias destinadas a regular la inmunidad y coagulación sanguínea. El gen Peg3, que induce a las madres mamíferas a ingerir la placenta y a realizar los cuidados maternales también existe en el genoma humano.
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La placentofagia es la ingesta de la placenta, pero no imaginen que sucede en crudo (si acaso algunas llegan a tomarla en smoothies preparados con otros ingredientes que neutralizan el sabor). La opción actual es procesar y convertir la placenta de una madre en cápsulas para tomar como suplemento tras el nacimiento de su bebé.
La placenta es un producto orgánico con funciones y utilidades más allá del nacimiento.
Beneficios de ingerir la placenta
-Aumento del vínculo afectivo mamá-bebé.
-Reducción de la incidencia de la hemorragia postparto.
-Protección ante los efectos adversos de las células placentarias que puedan permanecer en el útero después del parto.
-Reponer nutrientes a la madre (principalmente hierro, minerales y vitaminas).
-Restaurar la energía tras el esfuerzo del parto.
-Acelera la recuperación del balance hormonal.
-Reducción de sangrado post parto (duración y cantidad).
-Aumenta la cantidad de leche.
-Ayuda al útero a contraerse o involucionar a su tamaño original.
-Repara rápidamente desgarres naturales, episiotomías o cicatrices, tanto internas como externas.
-Reduce el dolor post parto.
-Reduce el factor de riesgo de depresión post parto.
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Cada placenta es única y responde al código genético de cada. Al reincorporar la placenta al cuerpo de la madre se reintroduce lo que originalmente la placenta tomó de ella. El proceso para convertir la placenta en cápsulas es a través de la deshidratación del tejido placentario y con el tejido deshidratado y pulverizado se llenan las cápsulas que pueden ser incluso de origen vegano.
Deshidratar la placenta es un proceso que requiere medidas sanitarias específicas y por eso te recomendamos que sea con un terapeuta placentario. Hay ciertas recomendaciones que debes seguir para su mejor conservación y en un plazo máximo de 48 horas disfrutar de tus cápsulas. ¡Atrévete a devolver a tu cuerpo lo que es suyo y que tiene tantos beneficios de salud para ti! Puedes contactarme para más detalles.