Existen numerosos estudios que aseguran que el ultrasonido 3D demuestra los defectos del feto, aunque su principal misión no es dar diagnósticos médicos, sino mostrarnos a los padres una imagen más clara y comprensible de la vida del bebé en el útero.
Según los especialistas, el ultrasonido de 2D seguirá siendo la principal técnica de exploración del desarrollo del feto gracias a que permite hacer cortes, ver el estado de sus órganos internos y el desarrollo de los huesos, así como ver el estado general de salud del bebé, mientras que el ultrasonido 3D solo nos deja ver qué hay en el exterior, por lo cual no es un estudio obligatorio.
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Conocer la cara de tu bebé antes de su nacimiento es quizá la más maravillosa experiencia que te da esta tecnología. Para beneficiarte de ella, lo recomendable es que te realices un ultrasonido 3D entre las semanas 27 y 31, en las que el bebé está suficientemente grande para poder ver sus facciones bien definidas, pero suficientemente pequeño como para tener espacio en el útero que nos permita encontrarlo en una posición favorable para la fotografía.
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