A veces quienes las dicen creen que están haciendo un chiste inofensivo o mostrando interés. Pero si estás en esta etapa, sabes que no es tan gracioso cuando tu cuerpo cambia todos los días y además hay cambios hormonales a toda velocidad.
Las palabras tienen poder
Minimizan lo que estás viviendo. El embarazo es un proceso físico, hormonal y emocional fuerte. Hay días buenos, días de cansancio, de miedo o de muchísima felicidad. Escuchar comentarios sobre tu cuerpo o tu forma de vivir la maternidad puede hacerte dudar o sentir culpa.
La psicóloga perinatal Ana Cecilia Moreno explica que, durante el embarazo, las mujeres están más sensibles por los cambios hormonales y el peso emocional de lo que viene. Por eso, una frase que parecería inofensiva puede tener más impacto del que imaginas.
También lee: Cómo eliminar el dolor de espalda durante el embarazo
Frases que debes evitar decirle a una embarazada..
“¡Estás enorme!”… Aunque realmente la panza está en constante crecimiento, nadie necesita que se lo recuerden. Solo hace que la mujer se sienta observada y juzgada.

Shhh… La guía definitiva para enseñarle a tu bebé a dormir


“¿Estás segura de que no son gemelos?”. Es una forma pasivo-agresiva de decir que estás “demasiado grande”.
“Aprovecha para dormir porque luego no podrás”. ¿Sabías que muchas embarazadas ya no pueden dormir bien por molestias físicas o ansiedad? No necesitan un recordatorio de lo que viene, sino descanso y contención ahora.
“¿Otra vez vas al baño?”. Sí. El útero presiona la vejiga, y orinar frecuentemente es normal. No es gracioso ni raro, es biología básica.
“Yo en mi embarazo nunca me sentí así”. Comparar embarazos no ayuda. Cada cuerpo, cada situación y cada persona vive esta etapa de forma diferente. Lo que sirve es acompañar, no competir.
“No estás enferma, estás embarazada”. Aunque el embarazo no es una enfermedad, sí puede traer síntomas intensos. Minimizar lo que siente una embarazada es injusto.
“¡Qué carácter! Seguro es niña”. Relacionar el estado de ánimo con el sexo del bebé es un mito… y además, es una forma disfrazada de criticar tus emociones.