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Cosas que nadie te dijo de criar niños
1. No dejan de moverse NUNCA
Ni cuando están dormidos. Saltan, corren, trepan, ruedan y vuelven a saltar. A veces ni siquiera saben por qué lo están haciendo, solo lo hacen. No es que tengan pila infinita, es que necesitan moverse para procesar el mundo.
Así que si sientes que tu casa es una mini selva (con gritos incluidos), no eres la única.
2. Siempre tienen hambre
Esto empieza desde chiquitos. Comen, snacks, vuelven a comer y cinco minutos después preguntan qué hay para cenar. Sientes que podrías tener un súper con puras botanas solo para él.
El hambre no se detiene. Ni su amor por ciertos alimentos (casi siempre con salsa, mucho pan o en forma de nuggets).
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3. Se lastiman mucho y fácilmente
Los golpes, moretones y rodillas raspadas son parte del paquete. Y aunque tú ya los ves venir en cámara lenta, ellos parecen no tener frenos. A veces lloran fuerte, a veces no dicen nada y solo te enseñan la herida como si fuera lo mejor. Ten listo el botiquín… y tu cara de «todo bien» aunque por dentro estés en shock.
4. Te van a hacer más valiente
Criar hombres no es para frágiles. Aprendes a aguantar sustos, a hablar de temas incómodos y a confiar en ti más de lo que pensabas. Ellos sacan una versión tuya que tal vez no conocías: más fuerte, más clara, más decidida.
5. Aman la aventura por naturaleza
Todo es un reto: trepar el árbol más alto, saltar desde el sillón, meter el dedo donde no deben. No lo hacen por maldad, es su curiosidad activa en modo máximo. Canalizar esa energía puede ayudarte a descubrir lo divertido que es ensuciarse, explorar o romper rutinas.
6. Te enseñarán a vivir el momento
No planean mucho. Viven en el ahora. Si quieren jugar, juegan. Si quieren correr bajo la lluvia, lo hacen. Y si tú te dejas llevar, vas a reconectar con esa parte olvidada de ti: la que se divertía sin pensar en todo lo pendiente.
7. El amor que le tienen a mamá es brutal
Es un amor puro, directo, sin máscaras. Te dicen «mamá, eres hermosa» con el pelo sucio y sin bañarte. Te abrazan como si fueras todo su mundo. Y lo eres. Criar hombres también te regala uno de los vínculos más intensos que vas a vivir.
8. Hay que enseñarles a expresar sus emociones
Este es uno de los retos más profundos. Muchos niños crecen con la idea de que no deben llorar, que ser fuerte es no mostrar lo que sienten. Tú puedes romper eso. Puedes enseñarles que llorar también es de valientes. Que hablar de tristeza o miedo no los hace débiles. Y que la ternura no tiene género.
9. Te harán muchas preguntas incómodas
Desde muy chicos quieren entender cómo funciona TODO: su cuerpo, el tuyo, el universo. Prepárate para responder con calma. Lo importante es que se sientan seguros de preguntarte sin pena ni vergüenza.