Antes que nada, te recordamos que si estás embarazada cualquier anormalidad que pueda existir durante la gestación, al igual que la placenta y el cordón, se detectan en las visitas médicas.
Entre los problemas que puede presentar el cordón umbilical, están los «nudos falsos», que son simplemente vasos sanguíneos crecidos del cordón y que no representan ningún riesgo para el bebé.
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No obstante, los nudos reales -lo mismo que el torcimiento del cordón-, pueden terminar por apretar el cordón y matar al feto al cortar el flujo de sangre.
Otros problemas con el cordón umbilical
Por otro lado, la ruptura espontánea del cordón umbilical interfiere con la provisión de sangre del bebé y también puede ser fatal para él.
Si el cordón es extremadamente corto, puede interferir con el parto, provocar separación prematura de la placenta, o rasgarse y ocasionar muerte fetal por hemorragia.
Otra anormalidad es la llamada inserción velamentosa, en la cual una gran cantidad de vasos se distribuyen sobre las membranas y el cuello del útero en lugar de formar un solo cordón.
Lo anterior resulta un peligro potencial a la hora del parto, debido a que los vasos pueden romperse o comprimirse durante el nacimiento.
En el momento del nacimiento el cordón umbilical es brillante y húmedo, pero conforme transcurren los días se seca, se oscurece y se cae después de una semana o dos, aunque el tiempo varía mucho de un bebé a otro.