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¿Qué fue lo qué pasó?
Lucy fue a su ginecólogo a las 12 semanas de embarazo para hacerse una ecografía, y como toda mamá, ella esperaba escuchar el ritmo del corazón de su bebé, pero no fue así.
Aunque su bebé estaba bien, se detectó algo inusual en el ovario de Lucy y la canalizaron rápidamente a un especialista. Unas semanas más tarde se dieron cuenta de que tenía cáncer en el ovario.
Los médicos de los Hospitales Universitarios de Oxford advirtieron que retrasar el tratamiento hasta después del parto aumentaría el riesgo de metástasis, lo que significaba que el cáncer podía avanzar a otras partes de su cuerpo.
Por otro lado, su bebé estaba creciendo de manera sana, y el equipo de especialistas se enfrentó a un desafío: cómo extirpar los tumores ubicados detrás de su útero sin poner en peligro su embarazo.


La respuesta: una cirugía abierta poco común, realizada solo unas pocas veces en todo el mundo, hicieron una extracción temporal de su útero.
A las 20 semanas de embarazo, un equipo de 15 especialistas realizó el procedimiento de cinco horas. Dos médicos mantuvieron el útero fuera de su cuerpo durante dos horas, monitoreando cuidadosamente la frecuencia cardíaca y la temperatura de Lucy y su bebé.
Una muestra del tumor tomada durante la cirugía confirmó un cáncer en etapa dos, lo que significaba que ya se había extendido más allá de los ovarios. Una vez extirpados los tumores, su útero fue devuelto a su cuerpo. Tan solo tres meses después, su bebé nació sano, con un peso de 2,9 kg.
Actualmente, Lucy está en sus últimas quimioterapias y tratamientos contra el cáncer, mientras que junto a su esposo disfrutan de la paternidad.