La mujer que abandonó a su hija
Fue el lunes 27 de mayo cuando, tras recoger a su hija de la escuela, la mujer de 40 años se enojó porque su hija obtuvo un 5 de calificación en la asignatura de latín. La mujer bajó a la menor de 16 años del coche y se fue del lugar sin mirar atrás.
«Discutimos por un mala nota en latín y. me hizo bajar del coche», declaró la adolescente al diario local La Repubblica.
Una patrulla de policía que iba circulando por el lugar vio a la adolescente y la rescató de la situación peligrosa en la cual se encontraba, sola y rodeada de coches que iban a toda velocidad. Trasladaron a la menor a la comisaría, donde los oficiales le dieron algo de comer y llamaron al padre para que fuera por ella. Informaron al tribunal de menores de Roma de lo sucedido, quienes decidirán si la madre recibirá una denuncia por maltrato y abandono infantil.
¿Por qué no debemos castigar a nuestros hijos?
Este caso nos hace recordar uno similar que involucra al piloto de la Fórmula 1, Max Verstappen, y a su padre Jos Verstappen. Fue el mismo padre quien en una entrevista detalló un incidente que sucedió cuando su hijo aún era menor de edad y competía en karting. Según lo narrado, Max estuvo a punto de conseguir la victoria en una carrera cuando lo rebasaron y, por la frustración, chocó con su rival y provocó que ambos quedaran fuera de la carrera. Su padre, como «castigo«, decidió abandonarlo en una gasolinera.
En ambos casos, el «castigo» está destinado a ocasionar dolor para que «aprendan» y no lo vuelvan a hacer. No obstante, un castigo de esta índole tendrá efectos negativos en el niños a largo plazo, provocándoles altos niveles de estrés y frustración, al igual que una baja autoestima por la necesidad constante de cumplir expectativas irreales.
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Con esto no queremos decir que nunca debemos corregir a nuestros hijos cuando cometen algún error, por el contrario, debemos saber implementar una consecuencia justa y proporcional a la falta.