Los oficiales que los atendieron no dudaron en actuar. Mientras la madre se resguardaba, los policías le dieron al niño ropa limpia y seca para que estuviera cómodo y protegido del frío. La escena conmovió a quienes presenciaron la situación: cuando el niño se quedó dormido, una de las policías lo tomó en brazos con cuidado, acunándolo suavemente hasta que su madre pudiera recuperarlo.
Lee también: Mamá intenta cruzar la frontera con bebé sin vida
El gesto simple, pero lleno de humanidad, muestra cómo un momento de vulnerabilidad puede convertirse en un acto de cuidado y solidaridad. La madre, agradecida, pudo continuar con su trabajo sabiendo que su hijo estaba seguro, mientras los policías demostraban que su labor va más allá de proteger el orden: también incluye proteger y cuidar a quienes más lo necesitan, incluso en las circunstancias más inesperadas.
Este pequeño episodio se volvió viral en redes sociales, recordándonos que la empatía y la solidaridad pueden aparecer en cualquier lugar, y que a veces un simple gesto de cuidado deja una huella enorme en quienes lo reciben.