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Todo ocurrió en la provincia de Gansu. El personal de una guardería decidió “mejorar” la apariencia de la comida usando pigmentos industriales, esos que claramente dicen “no son aptos para consumo humano”. El resultado fue: 233 niños con niveles anormales de plomo en la sangre.
¿Por qué lo hicieron?
Según el informe oficial, la directora del jardín de niños buscaba atraer más alumnos. Para hacerlo, pidió que los alimentos se vieran con más color. En lugar de usar colorantes comestibles, compraron pigmentos industriales en línea. El pastel de dátiles y los rollos de maíz servidos en la escuela contenían hasta 2,000 veces más plomo del límite permitido. Peor aún, uno de los pigmentos tenía niveles 400,000 veces superiores al estándar legal.
La investigación reveló que no solo se trató de una mala decisión individual. Todo el sistema falló:
- El hospital que atendió a los niños modificó resultados para ocultar la gravedad del caso.
- El laboratorio actuó sin control de calidad.
- La oficina de educación ignoró que la guardería operaba sin licencia, y no realizaba inspecciones desde hace dos años.
- Hubo encubrimientos, sobornos y negligencia en todos los niveles.
“La gestión del Hospital Popular Segundo de Tianshui y su departamento de laboratorio era caótica, las responsabilidades laborales no se implementaron completamente, el control de calidad del laboratorio no se implementó completamente y el personal de inspección relevante carecía de entrenamiento sistemático”, dijo el informe.
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En total, seis personas fueron arrestadas y casi 30 más están bajo investigación. Incluso se detectaron intentos por alterar pruebas y engañar a las familias.
¿Cómo están los niños ahora?
Inicialmente, 235 menores fueron hospitalizados con síntomas como dolor estomacal, náuseas y dientes oscurecidos. De acuerdo con la televisión estatal CCTV, 201 siguen bajo tratamiento. La buena noticia es que tras la primera ronda médica, los niveles de plomo en sangre bajaron un 40% en la mayoría de los casos. Solo un niño permanece hospitalizado.