«Mi carrera de fotógrafa se vería truncada y no solo eso, ya no podría hacer nada más que estar en casa y dedicarme a mi hijo». ¡Imaginen mi impresión! Claro que me sentía feliz porque sería mamá, pero también estaba llena de dudas y preocupada por todo lo que quería hacer.
Yo siempre fui independiente, alegre y aventurera. En mi cabeza ya no podría viajar, tomar fotos, desarrollar mis proyectos personales, ni lanzarme a la aventura a descubrir cosas nuevas. Tendría que ser un ama de casa seria y responsable con mandil y dedicada a la cocina y «quehaceres» del hogar. ¡Nombre! Casi me daba algo, tipo el patatús. Así de asustada estaba y no quiero decir que ser ama de casa esté mal, más bien lo mío era la aventura.
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Por suerte el embarazo dura nueve largos meses y tuve mucho tiempo para pensar qué pasaría cuando naciera mi bebé. Entonces pensé, pensé, pensé y tomé una firme resolución: ¡Nunca dejaría de ser yo! Seguiría trabajando, tomando fotos y nunca cambiaría mi manera de ser (claro que mis defectos siempre son corregibles pero el punto era no cambiar mi esencia).
Nació mi hijo y descubrí que sí se podía trabajar y cuidarlo, que lo importante no radicaba en estar las 24 horas del día pegada al niño, más bien darle tiempo de calidad, amor, atención y compartir con él la vida. Y eso he hecho, estar siempre pendiente de mis dos hijos. Sí trabajo, sí viajo, sí sigo siendo yo. Y ¿saben qué? todos somos muy felices, no estoy frustrada ni enojada con la vida.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
También entendí la importancia de cumplir tus sueños y ser una mujer realizada. Que no debes cambiar tu manera de ser por tu hijo, porque a la larga todos esos resentimientos terminan descargándose en ellos en forma de regaños, gritos o castigos. Terminas enojada con tus niños o intentando que ellos sean todo eso que tu no pudiste ser. Yo no quiero ser así y no se lo deseo a ninguna mamá o hijo.
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Siempre, ante todo, debemos de ser nosotras mismas, sea cual sea nuestra esencia, siempre seguir alimentando nuestra alma, porque siendo más plenas seremos mejores madres y educaremos con más amor a nuestros hijos.