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Bueno, el punto es que para los niños es una época de emoción y espera, mi hijo de siete años cuenta los días para que llegue el 25 y poder saber si está el Halcón Milenario bajo el árbol. Yo le he dicho que si se porta bien le traerá todos los juguetes que pidió… Bueno, no todos porque sí me inventé el cuento de que a Santa apenas y le alcanza. Con esto de que el dólar subió también a él le pegó en el bolsillo, así que le pido que elija uno o dos juguetes para la Navidad.
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Cada 25 de diciembre pienso qué decirles cuando me vuelven a preguntar «¿Santa Claus existe?» porque desde que soy mamá lo he visto correr a ver qué hay debajo del arbolito y ponerse loco de felicidad por el juguete que le amaneció.
La verdad no entiendo mucho cuál es el escándalo de algunas mamás en contra de este personaje. Alguna vez una amiga psicóloga me dijo que es importante la fantasía en los niños, el dejar que se sorprendan, darles la oportunidad de imaginar miles de cosas y dar rienda suelta a su capacidad de asombro.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Sí, sé que suena loquísimo que unos renos vuelen, que un señor gordo de cachetes colorados de la vuelta al mundo entregando juguetes en menos de 24 horas; que lea las cartas de millones de niños y que les conceda el deseo a todos, pero para un niño la imaginación no para. ¡Cuántas historias inventan ellos a diario! Dejemos que sueñen, que imaginen, que creen más historias divertidas.
Papá y mamá tienen la misión de fomentar la imaginación de sus hijos y aprovechen para que aprendan sobre miles de otras cosas más en estas fechas. Yo acepto que soy medio grinch, pero ver a mis hijos ilusionados me parece lo máximo en la vida. Bueno, eso y que este mes se portan mejor que nunca, porque si no, no habrá regalos bajo el árbol (realmente creen que es cierto).
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Advierto que sí es difícil decirles que no existe ya que están más grandes. Con mi adolescente no fue nada fácil porque en ese momento le cayó el veinte que tampoco el ratón de los dientes existía (y se lo confesé cuando estaba en quinto de primaria). Por supuesto los reclamos no se se hicieron esperar y sé por varias mamás que los hijos se sintieron realmente ofendidos por la mentira.
Yo simplemente le dije: “No es una mentira, es un hermoso sueño que te hizo feliz durante 10 años”. Así que si lo que les preocupa es mentirle a sus hijos, no lo vean de esa manera, sólo piensen en todo lo bello que esta tradición les dará.
Y bueno, pues lo mejor es convivir con la familia, abrazarse, enseñarles a dar, a ser generosos, amorosos, pensar en los demás y disfrutar juntos siempre.
¡FELIZ NAVIDAD a todos! Ahora a dormir que pronto Santa llegará a sorprendernos con su ¡Jo, Jo, Jo!
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