Cuando mamá demuestra su amor a su bebé, lo cuida, lo arrulla, lo alimenta, le canta, esto es lo que sucede en el cerebro de los bebés:
- Se segrega oxitocina, que es la hormona del amor, que provoca un bienestar emocional en la madre y el bebé.
- Además de propiciar el desarrollo neuronal del bebé.
Pero, cuando una mamá está deprimida, triste, irritable, influye de forma importante en el vínculo materno infantil y por lo tanto impacta en el sistema de apego que se esta formando.
El Dr. Nils Bergman, quien es uno de los pediatras perinatólogos más reconocido a nivel mundial y ha trabajado en la Ciudad del Cabo ha insistido en que los primeros 1000 minutos del bebé son fundamentales para la vida y desarrollo del bebé.
Por lo que la relación piel con piel de madre e hijo provocaban que la supervivencia de los bebés prematuros, al estar cerca de su madre, aumentaba hasta el 50 %, a diferencia de los bebés que eran puestos en incubadora.
Así nació la técnica del bebé Kanguro, que ha mostrado su eficacia una y otra vez alrededor del mundo.
El Dr. Bergman habla de que es la madre quien ayuda al pequeño a que se adapte a este nuevo mundo, ya que lo traslada del mundo intrauterino al mundo externo.
Libro 90 respuestas claras para mamás novatas.
Cuando el bebé nace en un parto complicado y con estrés, el bebé puede percibir al mundo como un lugar hostil y el cerebro de los bebés puede producir grandes cantidades de cortisol, que es la hormona del estrés y que alerta sobre el peligro.
Por eso la separación de las madres y los bebés después de un parto complejo, puede afectar la relación del bebé con su madre.
Las neurociencias han demostrado que el amor moldea el cerebro de los bebés, que para bien o mal guiarán a los niñ@s en su forma de relacionarse con los demás, así como percibe y se mueve en el mundo.
Entre la madre y su hijo se da una intensa comunicación emocional, el llanto es la forma que tiene de comunicarse, por lo que si la madre puede estar presente para traducir sus necesidades, ayudarán a que el sistema del apego se construya de forma segura y por lo tanto alimenta y nutre el cerebro de los bebés.
A diferencia de lo que ocurre cuando un niñ@ construye un apego inseguro, serán más inhibidos, temerosos, además de mostrar conductas reactivas a los estímulos y dificultad para regular sus emociones.
En conclusión, en el primer año de vida el cerebro se dedica a hacer conexiones y en el segundo y tercer años comienza a desechar lo que ya no funciona.
Cuando la madre permite que su hijo construya un apego seguro con ella, entonces el cerebro de los bebés se prepara para vivir en un entorno seguro.
Entonces percibe que el mundo puede ser un lugar confiable: “cuando lloró me alimentan, me consuelan, entonces puedo explorar, puedo estar, sé que estoy protegido”.
Pero cuando esto no es así, hay un entono inseguro, violento, entonces el cerebro de los bebés se irá adaptando a estas situaciones de estrés, por lo que a nivel bioquímico producirá concentraciones muy altas de cortisol.
Estar bajo estrés crónico provoca un daño permanente en su sistema, que los puede volver en adultos más sensibles al estrés y con dificultades muy serias para regular sus emociones.
El amor, los lazos cálidos, el responder a las necesidades de tu crío, además de ayudarlo a crecer con armonía y cuidado y que las situaciones de estrés no se vuelvan crónicas, el desarrollo frontal del cerebro de los bebés será óptimo, además de construir lazos de esperanza y confianza hacia sí mismo y los demás.