- Pruébaselos por la tarde. Con el calor los pies se expanden casi 5% y no correrás el riesgo de que le incomoden cuando se hinchen
- Elige los de punta ancha. De preferencia cuadrada porque el resto, especialmente los acabados en punta causan deformidades
- Verifica que no le aprieten. Pídele que mueva los dedos e intenta con una talla más arriba si se le dificulta. Asegúrate de que le sobre sólo un centímetro para darle espacio suficiente, mídelo metiendo tu meñique detrás del talón
- Revísalos seguido. El pie infantil es flexible y blando por lo que es posible meterlo hasta en dos números más pequeños. Si notas ampollas, enrojecimiento, fastidio o se tropieza seguido, es tiempo de ir por unos nuevos
- Evita los de catálogo porque varían según el fabricante e incluso el modelo. Mejor acude a una zapatería para que los examines físicamente y hagas una buena adquisición
- Limita las botas para los días de lluvia, pues a su edad aquellos que no permiten la movilidad del tobillo están contraindicados y pueden provocarle lesiones cutáneas
- Los tenis favorecen la sudoración excesiva y por ende la irritación o los hongos por lo que no conviene que los use diario, sino terciados o sólo los fines de semana
- Los ortopédicos cuentan con un soporte de arco estándar para todos sus modelos y ningún otro aditamento. Son innecesarios a menos que esté en tratamiento y el doctor así lo señale. Recuerda que los zapatos tienen como principal finalidad proteger el pie del medio ambiente y ser una herramienta que facilite la función del andar
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Los adecuados evitarán molestias, prevendrán algunos padecimientos y lo impulsarán a saltar, correr y seguir avanzando. He ahí su importancia.