Existen 2 tipos de azúcares, los que se encuentran de forma natural en los alimentos como frutas y verduras, y la favorita de los niños: el azúcar común, que es con la que se endulzan bebidas o comida como caramelos y pan de dulce.
Hay muchas cosas que le hacen mala fama, como la relación con el sobrepeso, diabetes y caries principalmente, pero todo tiene que ver con la cantidad y cómo se consume. Asegúrate de darle la cantidad correcta y déjalo disfrutar de vez en cuando ese dulce ingrediente que seguramente a ti también te gusta.
– Dale la cantidad correcta: A partir del primer año puedes incluir azúcar en su dieta diaria porque a esta edad su cuerpo ya está más desarrollado; pero asegúrate de no exceder la cantidad recomendada según su etapa de crecimiento y tampoco endulces toda la comida que le des. Si tienes dudas pregúntale a su pediatra.
– Su cuerpo también la necesita: Los azúcares se absorben en el torrente sanguíneo. Cuando el nivel de azúcar aumenta, el páncreas libera una hormona llamada insulina, necesaria para transportar el azúcar de la sangre a las células, donde el azúcar puede utilizarse como fuente de energía. Especialmente si tus hijos realizar algún deporte o ejercicio, este alimento puede ser un gran aliado para que siempre tenga energía disponible.
– Mejora su desempeño: La energía que le da es necesaria tanto para mantener las funciones vitales del cuerpo como para llevar a cabo las actividades de su día a día, como ir a la escuela, estudiar, hacer deporte, jugar, etc.
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– Déjalo disfrutar de su sabor: No veas los dulces como la salida fácil para que coma, pues después se hará costumbre para él y siempre exigirá su “premio”. Además, es importante que tu hijo comprenda que los alimentos no son premios o castigos y que todos tienen el mismo valor aunque se deban consumir en cantidades diferentes.
Darle azúcar en la cantidad correcta mantiene su cuerpo lleno de energía y contribuye a su crecimiento y desarrollo, por eso no olvides balancear su alimentación incluyendo frutas y verduras. Recuerda, antes de prohibirle algún alimento, lo mejor que puedes hacer es educarlo para que aprenda a comer en porciones adecuadas.