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Consejos de expertos para decirle adiós al pañal

 Una pedagoga, una psicóloga y un pediatra neonatal te dan sus consejos infalibles para que tu pequeño deje el pañal exitosamente.

Para algunos padres es muy complicado ayudar a sus niños a dejar el pañal, es incluso un momento de crisis familiar porque muchos papás se sienten rebasados por la situación. Más aún si sus pequeños evacuan en ¡restaurantes¡, ¡en el choche! ¡en la cama!, porque en algunos casos no les permiten la inscripción en las escuelas porque los pequeños aún no controlan sus esfínteres.

Para que no pierdas la cabeza, tres expertos nos brindan sus recomendaciones para ayudarle a tu bebé a que le diga adiós al pañal de forma exitosa, pero recuerda que todos los niños son diferentes (incluso entre hermanos) y cada uno tendrá un tiempo de maduración distinta.

 

Consejos de expertos para decirle adiós al pañal

Tu ejemplo es la mejor enseñanza

Para el pediatra y neonatólogo, Javier Sánchez Nava, jefe de pediatría del Centro del Hospital Torre Médica, no hay nada mejor que el ejemplo para enseñar a tu hijo a ir al baño. Especialmente, porque “los niños siempre estarán interesados en lo ‘ocurre’ en el ese lugar y aunque los padres pidan privacidad, los hijos siempre quieren estar con ellos y ver lo que pasa en el baño».

Por ejemplo, son constantes las preguntas: ¿mamá estás haciendo popó? ¿Tu popó huele feo? Papá ¿tu también haces caca? ¿Qué es la popó? ¡No! ¡no me gusta mi popis!

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“Cuando quieras ir al baño permite que tu hijo te vea (solo un par de veces), muéstrale que es normal, y que no estás triste, enojado o preocupado por tus evacuaciones, sino que es algo tan natural que lo hacen todas las personas; no es que lo encierres en el baño contigo, sino que pueda ver que estás allí sentado y dale a tu pequeño la libertad de salir o entrar del baño. Incluso, le puedes decir (cuando termines y tapes el WC) que jale la palanca”, indica el doctor Sánchez Nava.

Otras recomendaciones son:

  •  Entender que la mayoría de los niños alcanzan el máximo control de los esfínteres (tanto orina como evacuaciones) entre los entre los dos y medio y tres años y medio de edad; y algunos necesitan más tiempo o menos, algunos comienzan a los 2 años o antes.
  •  Ponte atento a la cara de tu hijo: algunos pequeños se miran serios, otros tornan su cara un poco rojiza por el esfuerzo que hacen para hacer popó; algunos más gruñen o pujan, y estas son señales de que la evacuación ya viene. ¡Así que llévalo al baño!
  • Reconoce las señales: algunos pequeños ya no quieren usar el pañal y te piden utilizar un calzón de “niño grande” o la bacinica.
    Es importante saber que si pasan dos horas sin mojar el pañal es una señal de que comienzan a estar listos, algunos pequeños dejan de jugar y se esconden (bajo la mesa, en el patio, bajo sus cobijas) para hacer. Puesto que su prioridad es jugar no hacer pop ni pipí, así que asegurarle que después de ir al baño, el juego continuará.

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  • Cuando tu hijo logre hacer del baño en su bacinica o en el WC de la casa deberás elogiaron y animarlo que siga de esa forma; cuando falle no lo regañes o reprendas, puesto que lo asustarás.
  • No permitas que tu hijo juegue con sus heces fecales, porque puede enfermarse. Tampoco lo dejes solo en el baño con un desconocido, sino que vea que es normal pero solo compartirá unos segundos el baño con sus padres o hermanos mayores, no con otros familiares o desconocidos.

 

Hacer una evaluación física, emocional y motora es la clave

La psicóloga educativa, Verónica Sofía Zubiaur Pérez, encargada del Área de Psicología del Centro de Desarrollo Infantil “Rosario Castellanos” de la SRE, explica que “muchas veces los padres o educadoras comienzan a presionar a los niños cuando cumplen los 24 meses de edad y quieren que dejen el pañal, pero yo les digo que no es así de sencillo, se tiene que hacer primero una evaluación”.

En ella, se checa cómo está el niño en el área neurológica, emocional y motriz, y a partir de los resultados se sabe si el pequeño está o no listo para comenzar a dejar el pañal.

Por ejemplo, algunos no tienen las habilidades para subirse o bajarse el pantalón o del uso de palabras como: pipí, popó, baño, “nica”, entre otras. Zubiaur Pérez también recomienda:

1. Comienza el control diurno y nocturno al mismo tiempo. Porque algunos niños (y padres) se confían porque los niños lo logran en el día pero en la noche no. Para que ello sea un éxito, no le des bebidas una hora antes de irse a dormir, siéntalo en su bacinica o en el WC cinco minutos antes de irse a la cama y explícale que en la noche se puede parar para ir al baño y que te puede despertar sin que te enojes. Dile que en la noche también estás para apoyarlo (déjale una luz prendida para que no tenga miedo).

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2. Aunque le gane, no lo cambies y ya, sino que llévalo al baño y explícale que es allí donde tiene que hacer, dile cómo debe bajarse el pantalón y cómo debe limpiarse. Muéstrale el camino que debe seguir cuando tenga ganas de orinar o defecar. Si, por ejemplo, se orina en su cama, dile que tiene que ayudarte a cambiar la ropa de cama y ponlo a “lavar” su pijama o calzón.

3. Una vez que quites el pañal no debes volverlo a poner bajo ninguna circunstancia porque confundirás al niño. Incluso, si comienza haciéndolo muy bien y luego falla, no lo regañes, golpees o lastimes con palabras. Recuerda que está aprendiendo.

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 4. Si ya cumplió cinco años y sigue con pérdidas de orina o heces, llévalo al médico para que lo revisen en el área emocional, neuronal y física. Algunos niños les ganan porque tienen alguna infección urinaria.

5. La práctica hace al maestro: enséñale vocabulario adecuado para esos momentos, ayudarle a subir y bajar su ropa, a subirse y bajarse del banco o a utilizar la bacinica correctamente, a jalarle a la palanca, a explicarse que estar mojado o sucio no es cómodo (no lo dejes así porque se acostumbrará y menos querrá aprender).

6. Ponle una rutina, siéntalo cada 15 a 20 minutos, solo tres minutos deberá permanecer sentado. Luego levántalo y juega con tu peque. Antes de dormir, siéntalo; antes de salir de casa, siéntalo; después de llegar a tu destino, siéntalo; antes de ir a la escuela, siéntalo; antes de ir al cine, teatro, parque, fiesta, siéntalo. Cuando tenga ganas de ir, llévalo de inmediato, pero al paso del tiempo fomenta que aguante medio minuto más, un minuto más, dos minutos más para que vaya ejercitando su vejiga y no le gane de un momento a otro.

 

Con paciencia y mucho amor se logrará

Recuerda que un hijo aprende mejor con amor y el control de esfínteres, así como aprender a leer, escribir y comer con la boca cerrada requieren de mucha paciencia.

“Los pequeños no aprenden a gritos o reprimendas, sino siempre con la guía compasiva y amorosa de los padres”, explica la licenciada en pedagogía Rocío Liliana Bravo Ruiz. Entre los consejos que te brinda están:

1. Para saber si tu peque está listo o lista, deberás pedirle que salte con los dos pies juntos y si logra hacerlo, es que está ya listo para controlar sus esfínteres.

2. También dale órdenes sencillas como: ve a tu jugueteo y tráeme la pelota azul, la muñeca o el cochecito amarillo. Si puede seguir dos órdenes compuestas: ve y tráeme, entonces sí está madurando para controlar los esfínteres.

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3. Evita comparar, no importa si su hermano mayor ya puede o si su primo o vecino ya lo logra. Recuerda que cada nene es especial y único. Jamás castigues a tu hijo, porque puede ser contraproducente.

4. Si tu hijo aún después de los 50 meses tiene ciertas fugas, no está de más que lo lleves con el psicólogo o urólogo-pediatra, para una revisión completa.

 

LIBROS que te pueden ayudar

El mundo editorial tiene diversas publicaciones, desde los 40 pesos, para ayudarte con ese proceso.

¿Qué te parecen estas recomendaciones?

  • “La operación pañal (hijos y padres felices) de Alberto Soler y Concepción Roger. Ed. Kailas
  • “Ya soy mayor. ¡Fuera pañales! de Emanuela Bussolati. Cimbel Editorial
  • “Tito no usa pañal”, de Carla Dulfano. Ed. Latinbook International
  • “Todos dejamos los pañales” de varios autores. Ed. Panamericana México
  • “Operación fuera pañales, una guía definitiva” de Jo Wiltshire

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