Así lograrás que tu hijo no sea melindroso
Durante los tres primeros años de vida, tu hijo forma el paladar que tendrá el resto de su existencia y por ello es la mejor etapa para inculcarle buenos hábitos de alimentación y enseñarle a ingerir de todo, logrando que tu hijo no sea melindroso. Con el tiempo será más selectivo y definirá sus gustos y preferencias.
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El secreto para que no sea melindroso es que durante la etapa de papillas (seis meses a un año de edad) te enfoques en desarrollar su gusto.
Para conseguir que tu hijo no sea melindroso:
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- Nunca agregues sal, azúcar o condimentos. Hay que presentar los alimentos tal cual existen en la naturaleza para que aprenda y sepa a qué saben
- Jamás los mezcles. En especial si es la primera vez que se los presentas ya que podría confundir los sabores
- Sigue el esquema normal de ablactación. No hay prisa por introducir nuevas opciones antes de tiempo
- No le des frutas antes que verduras. La idea es iniciar con alimentos naturales, pero hay que considerar que las primeras tienen azúcar, así que es mejor incorporarlas luego paulatinamente
- Evita forzarlo. La cantidad depende de cada bebé de acuerdo a su edad, peso o talla y es él quien te irá guiando porque tiene muy claro la señal de saciedad
- No uses la comida como un premio o incentivo. Sólo distorsionarás la relación de tu hijo con ésta y puede que se niegue si no obtiene una recompensa. Este es un gran error si quieres que tu hijo no sea melindroso.
A partir del mes 13 comienza a integrarlo a la dieta familiar y durante el segundo año puede ser muy difícil que coma si no eres creativa. Seguro tu preocupación es que esté bien nutrido, así que debes balancear para que tenga todos los nutrimentos que necesita.