El rol de la autonomía en el crecimiento
La autonomía se convierte en uno de los pilares fundamentales del desarrollo. Permitir que nuestros hijos tomen decisiones y asuman pequeñas responsabilidades, con la guía y el amor de sus padres, fortalece su seguridad y les enseña a confiar en sus propias capacidades. Cuando un bebé o niño pequeño se siente libre para explorar y experimentar, aprende a evaluar riesgos y a descubrir el mundo por sí mismo.
Esta independencia, que se va forjando de forma gradual y respetando el ritmo individual de cada pequeño, tiene un impacto directo en su presente y en su futuro, favoreciendo su aprendizaje, sus relaciones sociales y su bienestar emocional.
La transición al vaso entrenador: un paso hacia la independencia
Uno de los primeros hitos hacia la autonomía es la transición del seno materno o del biberón al vaso entrenador o vaso. Este cambio no es solo un paso en la alimentación; es un proceso muy importante en el desarrollo de los bebés y niños pequeños porque promueve la seguridad, independencia, favorece el tener una mejor adaptabilidad y transición a esta nueva forma de beber y está íntimamente relacionada con el desarrollo oromotor y psicomotriz del pequeño.
La Academia Americana de Pediatría indica que, a partir de los 8 a 9 meses, los niños están listos para comenzar a beber de un vasito, mientras que la Asociación Dental Estadounidense destaca la importancia de este cambio para prevenir caries y la acumulación de azúcares en dientes y encías.
“La autonomía, comienza desde el primer sorbo”
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Cambios, coordinación motora y el impacto en el habla
Desde los 6 meses, se observan cambios anatómicos como la bajada de la laringe, el brote de los primeros dientes y una mayor coordinación en los movimientos del cuello, la lengua y la mandíbula.
Tomar de un vaso requiere que el bebé controle su posición y evite la hiperextensión cefálica, así como que coordine la succión y la deglución. Al principio, los sorbos pueden resultar inestables, pero conforme se afianza el patrón de succión, la transición se vuelve más fluida y natural.
Cuando el vaso toca el labio inferior, la lengua permanece plana en la boca (aunque en ocasiones presenta movimientos verticales), las mejillas se contraen un poco para ayudar a crear presiones, la mandíbula realiza movimientos ascendentes y descendentes similares a los del patrón de succión, los labios se cierran después de la ingesta para evitar el derrame de líquido de la cavidad oral y la acción de los músculos de las mejillas se vuelven importantes para evitar derrames posteriores.
Cabe destacar que estas habilidades oromotoras, que se van desarrollando en la etapa prelingüísitca (etapa previa a las primeras palabras) tendrán un impacto significativo en el desarrollo del habla del niño pequeño, así como en la alimentación y en la respiración.
El tener un adecuado cierre labial, es una habilidad motora oral fundamental para el desarrollo del habla específicamente en la producción de los fonemas bilabiales /m, p, b/
El cierre labial en la alimentación ayuda a mantener la comida dentro de la boca, es crucial cerrar los labios alrededor de un alimento, la cuchara, el tenedor o el vaso para desplazar y abrazar el alimento hacia dentro de la boca y es una habilidad necesaria para la deglución.
Diseño y recomendaciones del vaso entrenador
El vaso entrenador debe adaptarse a las capacidades motoras y oromotoras del niño en cada etapa de su desarrollo.
Algunos consejos de los vasitos entrenadores para su uso adecuado incluyen:
- Usarlo únicamente para beber: evitando que se convierta en un objeto de confort, como un chupón.
- Evitar acostar al niño con el vaso.
- No utilizar el vaso como instrumento para calmar: especialmente si contiene bebidas azucaradas.
- Mantenerlo limpio: enjuagándolo constantemente para eliminar gérmenes.
- Preferir la toma de bebidas azucaradas durante las comidas: cuando la producción de saliva es mayor, ayudando a prevenir la caries.
El diseño adecuado y el uso correcto del vaso entrenador no solo favorecen la alimentación, sino que también promueven la coordinación ojo-mano, la estimulación oromotora y, sobre todo, la independencia en el pequeño.
Beneficios de ver por la autonomía
- Favorece la autoestima
- Mayor sentido de responsabilidad
- Mejor capacidad de resolución de problemas
- Sentirse capaces y seguros de sí mismos
- Afrontar los retos de mejor manera
- Apreciarán el trabajo en equipo
- Genera independencia
- Conocerán sus límites
- Favorecen la funcionalidad en la rutina familiar