¿Rapar a mi bebé le dejará un pelo más bonito?
Rapar a los recién nacidos no ayuda a fortalecerlo ni hacerlo más grueso o abundante, más bien los padres se asustan cuando ven a su pequeño con el cabello suave y poco abundante, pero ese pelaje no es con el que se quedarán el resto de su vida.
“Algunos nenes nacen con cabello, pero es bastante suave, delgado y fino, es cuando los padres se asuntan y creen que así será, pero ese no será su verdadero cabello, pues falta que los folículos pilosos maduren y generen el cabello que tendrá en la niñez, el cual incluso puede cambiar de color o de forma cuando llega de adolescencia y la adultez”, explica León Dorantes.
Y sí, algunos niños nacen con el pelo rubio, rizado o bastante oscuro y al paso de los meses van cambiando drásticamente. “Las madres conservan fotos de sus pequeños con el cabello rubio o rizado, pero en la adolescencia ya no es el mismo ni en forma ni en color”, advierte la entrevistada.
Los niños nacen incluso con un color de piel con tono más claro, pero eso se debe a que no han formado la melanina —pigmento responsable de la coloración de la piel, el pelo y los ojos, y se localiza en algunas células del cuerpo— y al paso de los meses los ojos, pelo y piel son de color distinto.
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- La genética determina el grosos y color del cabello
Son los padres y abuelos, es decir la familia, los que le heredan el color, la forma, la cantidad y el grosor del pelo a los hijos. “Los padres o abuelos pueden tener el cabello rizado, castaño y grueso, y justamente eso mismo tendrán los recién nacidos de esa familia”, precisa la dermatóloga.
“Los hijos compartirán la genética de la familia tanto del lado paterno como materno, entonces no hay manera de cambiar aquello que viene en los genes, salvo cuando se adulto y se tiñe el cabello o se hacen tratamientos para rizarlo o alaciarlo”, dice León Dorantes.
Los niños y jóvenes no deberán usar productos químicos en su cabeza, puesto que el cuero cabelludo absorbe por completo las sustancias que se empleen, y se van directamente al hígado. “Lo ideal hacerse tratamientos capilares luego de los 22 años de edad, tanto en hombres como en mujeres”, recomienda.
- La alimentación es clave
Por su parte, la dermatóloga de la UNAM, Susana Canalizo Almeida, explica que la alimentación desde la primera infancia es fundamental para que el cabello crezca sanamente.
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“La lactancia materna durante los primeros meses de vida es esencial, al paso de los meses y cuando el pediatra lo indique es muy importante que los niños tengan una alimentación variable, suficiente y balanceada; el cuerpo del niño responde a la comida, por eso es esencial que se alimente sanamente”, sugiere Canalizo Almeida.
Las expertas indican que todos los alimentos son importantes para la nutrición capilar: frutas, verduras, cárnicos, leguminosas y por supuesto agua natural. “Es recomendable también utilizar un shampoo suave, sin colorantes ni perfumes, puesto que pueden irritar la cabeza del recién nacido”, recomienda la experta de la UNAM.