Por el lado de la comida, estamos en la era de los alimentos adaptógenos. Esto quiere decir que el jitomate no ha dejado de ser jitomate desde miles de años atrás, y su composición física y aparente no ha cambiado; pero sí lo está haciendo a nivel nutricional. Los alimentos naturales como la fruta y la verdura están evolucionando y se adaptan al medio exterior, al clima, a la contaminación y a la falta de riqueza del subsuelo donde crecen. Por ello, crean capas protectoras donde concentran más sus nutrimentos y se les llama adaptógenos.
De ahí nace el término superfoods, un súper alimento que concentra sus nutrimentos y puede tener 1 o varios de ellos en altas dosis. Incorporarlos a la dieta favorecen la salud y nutrición. Algunos de ellos son:
- Alga espirulina
- Maca
- Levadura de cerveza
- Amaranto
- Kale o versa
- Hemp o cáñamo
- Lúcuma
- Chía
Parecería que hablamos en otro idioma, pero hagamos un especial énfasis en la chía y sus grasas “buenas” o ácidos grasos: existe controversia de qué superfoods puede consumir un niño después del primer año de vida, cuando se está incorporando a la dieta de la familia. Se recomienda dar probadas para saber qué alimentos pueden irse añadiendo a su alimentación y se puede complementar con leches enriquecidas que aportan excelentes dosis de nutrimentos.
Por ejemplo, hablando de las grasas “buenas”, el alimento que más consume un niño es la leche, por lo que si buscamos una con grasas poliinsaturadas de cadena larga, tendremos muchos beneficios en su crecimiento.
- Los PUFA’s (así se encuentra en las latas de leche) o ARA y DHA son ideales para un desarrollo mental óptimo. Además, si la leche contiene hierro, traerá un doble efecto positivo en su crecimiento.
- Las grasas recubren todo nuestro cuerpo y llevan las vitaminas solubles en aceite a todo el cuerpo para nutrirlo. Si la leche contiene aceite de girasol, cártamo y palma, se dará al niño grasas vegetales naturales
- El hierro es como un vehículo que transporta oxígeno. El auto es una molécula que se llama hemoglobina, el conductor es el hierro y el copiloto es el oxígeno. Si no hay conductor no puede transportar oxígeno a todo el cuerpo y afecta su crecimiento
La anemia en estos primeros años de vida (de 1 a 3 años de edad) se puede presentar debido a que es una etapa donde no quiere comer, es renuentes a colores, sabores y texturas. Por eso, si logras que consuma más hierro a través de una leche que lo contenga, tendrá un sano crecimiento.
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Recuerda que la leche de vaca no contiene suficiente hierro y carece de DHA y ARA, por lo que en esta etapa es indispensable ofrecerle al niño leches que las contengan.
Incluir 2 vasos al día de leche de continuación para niños mayores de 1 año puede ayudar a que tu hijo obtenga estos beneficios.
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