Seguramente te has preguntado en qué momento dormirá la noche completa y cuándo podrás cerrar los ojos más allá de tres horas seguidas. La respuesta es: hasta que le enseñes a hacerlo.
Es normal que la llegada de tu bebé haya modificado la rutina de sueño de toda la casa, pero después de un par de meses, tú puedes poner orden a esta situación. Inicia un nuevo equilibrio en donde se sincronicen las horas de descanso de la familia, considerando que:
- Tu hijo tiene necesidades, temperamento e intereses propios
Trata de identificar el tipo de llanto que comunica hambre, fastidio, sueño, quejido, etcétera. Cuando esté satisfecho logrará un mejor descanso. - Él puede tranquilizarse por sí solo
No es necesario que estés a su lado siempre. Envuelve sus piernas, cántale mientras está en la cama y acuéstalo de lado para evitar los sobresaltos. - Poco a poco aprenderá el hábito
Para que le sea más fácil, marca adecuadamente el tiempo de permanecer despierto y cuando deba ir a la cama.
Establece patrones de sueño
A partir de los tres meses puede tener un periodo de sueño nocturno prolongado (cinco horas promedio) entre cada comida. Justo éste es el mejor momento para ajustar su reloj. Para ello:
- Establece un horario fijo para irse a dormir y apégate a él
- Disminuye la estimulación por las noches. No lo pongas ante actividades excitantes. Sólo aliméntalo, haz que eructe, cámbialo y arrúllalo en silencio y en oscuridad total
- Mantenlo activo al menos 20 minutos después de cada toma de leche. Así podrá sacar el aire y no sentirá cólicos cuando duerma
- Nunca lo dejes dormir con el biberón, puede causarle problemas bucales
- Si despierta sólo para buscarte, acércate a él y deja que escuche tu voz. No es necesario que lo cargues. Deja que se acostumbre a dormirse por sí mismo
- Dale un objeto de transición que le ayude a tranquilizarse en su cuna: puede ser un peluche o una manta con un poco de tu leche
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