¿Sabrías qué hacer si tu hijo se golpea la cabeza?
1. Mantén la calma y evalúa lo básico
Primero, respira. Tu calma ayuda a tu hijo a tranquilizarse. Revisa si está consciente, si llora de inmediato y si responde a tu voz. Observa el área del golpe. Un chichón pequeño suele ser normal.
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Después, pregúntale cómo se siente si ya habla. Fíjate si camina con normalidad y si reconoce personas y objetos. Estos detalles orientan mucho.
2. Qué hacer justo después del golpe
Aplica frío local durante 10 a 15 minutos. Puedes usar una compresa fría envuelta en un paño. Esto reduce inflamación y dolor. Evita el hielo directo.
Si hay una herida superficial, limpia con agua y presión suave. Si sangra mucho o la herida es profunda, busca atención médica.
Por otro lado, no sacudas a tu hijo ni intentes “despertarlo” si está tranquilo y alerta. Tampoco des analgésicos sin indicación médica en las primeras horas.
3. Observa durante las siguientes 24 horas
Aunque el golpe parezca leve, la observación es clave. En casa, vigila cambios en su conducta. Permite que duerma, pero revísalo cada cierto tiempo para confirmar que responde normal.
En este periodo, evita juegos intensos y pantallas. El descanso ayuda al cerebro a recuperarse.
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Señales de alarma: cuándo ir al médico
Acude de inmediato si notas cualquiera de estas señales:
- Pérdida de conciencia, aunque sea breve.
- Vómitos repetidos.
- Dolor de cabeza intenso o que empeora.
- Somnolencia excesiva o dificultad para despertar.
- Convulsiones.
- Desorientación, habla rara o dificultad para caminar.
- Salida de líquido claro o sangre por nariz u oídos.
Lo que no se recomienda hacer
No hagas radiografías “por si acaso”. Los estudios se indican solo con criterios médicos. Tampoco minimices el golpe si algo no te cuadra. Evita remedios caseros o masajes en la zona.
Usa barandales, protectores en esquinas y supervisión activa. Casco para bici y patines no es opcional. La prevención reduce riesgos, aunque los accidentes no se eliminan por completo.
