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Lo que sí importa (y de verdad usarás)
Empieza por lo esencial. Lo primero es asegurar comodidad, higiene y seguridad. Además, estos básicos funcionan para cualquier estilo de crianza.
1. Ropa práctica, no perfecta. Elige prendas de algodón, de preferencia orgánico, con broches al frente. Lo importante es que puedas vestir al bebé sin pelear con cierres o cuellos incómodos. Menos piezas, mejor calidad.
2. Un lugar seguro para dormir. Una cuna firme con colchón adecuado es más que suficiente. Evita almohadas, protectores, nidos o cobijas gruesas. Todas las guías de sueño seguro recomiendan mantener la superficie despejada.
3. Pañales y cuidados de piel. Aquí no necesitas complicarte. Busca productos sin fragancias, con fórmulas simples. En los primeros meses la piel del bebé es delicada, así que menos es más.
4. Una carriola cómoda para ti.
No para Instagram, para ti. Debe ser fácil de maniobrar, ligera y adecuada a tu rutina. Si vives en ciudad, la funcionalidad te salva más que cualquier estética.
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Lo que no importa tanto como crees
1. La montaña de ropa “por si acaso”. Compra lo básico y ajusta sobre la marcha.
2. Mil accesorios para comer. Todavía falta tiempo para la alimentación complementaria. No necesitas vajillas especiales, sillas evolutivas complejas ni gadgets de cocina desde el día uno.
3. El cuarto perfecto. Decorar es divertido, pero no es prioridad. Lo urgente es que el espacio sea seguro.
Lo que el marketing inventó (sin vergüenza alguna)
- Calentadores de toallitas húmedas.
- Máquinas que “mecen” al bebé por ti. Funcionan para algunos bebés, pero no son milagrosas.
- Ropa “especializada” para cada momento del día.
