Y es que, según la Junta de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial de Cabeza y Cuello (SECOMCYC) entre un 4% y 11% de los bebés nace con anquiloglosia o frenillo corto, una alteración en la que el tejido que une la lengua con el suelo de la boca es anormalmente corto.
De hecho, el 36% de los bebés operados del frenillo abandonan de forma prematura la lactancia, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Australia Occidental.
La lactancia, muchas veces se ve limitada por una serie de problemas que nos hace pensar en su continuidad. Sin embargo, el recién nacido puede tener muchas dificultades para amamantar, ocasionados por múltiples factores: la inmadurez del lactante, limitación de la movilidad lingual, separación de la madre, hospitalización, interferencia por el uso de chupones y biberones.
Las principales causas por la cual abandonan la lactancia materna son:
1. Dolor de la madre al lactar
2. Creencia de no tener leche
3. Regreso al trabajo
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Otro de los factores que puede dificultar la lactancia es la Anquiloglosia.
La Anquiloglosia es una anomalía congénita que se caracteriza por un frenillo anormalmente corto que causa diversos grados de dificultad para la función y movilidad de la lengua.
¿Qué es el frenillo? Es la membrana que sujeta la lengua por la línea media de la parte inferior, y que en ocasiones dificulta o impide el movimiento normal de la lengua por ser demasiado corto o poco elástico.
Los problemas más comunes en la lactancia materna por la Anquiloglosia son:
– Dolor al amamantar
– Disminución en la producción de leche
– Mastitis (repetidamente)
– No aumenta de peso correctamente el bebé
Para poder sospechar de un frenillo corto, deben presentarse algunos de estos signos en el bebé:
LA LENGUA: al levantarla no toca el paladar, levanta la lengua de manera asimétrica y al estirarla no rebasa la encía
CHASQUIDOS: Depende de que tanto los haga pueden demostrar que el bebé no puede agarrarse correctamente al pecho, y durante la toma se suelta constantemente, produciendo la ingesta excesiva de aire.
CALLO DE SUCCIÓN: Al no poder apoyarse en el paladar para succionar, compensa con la fuerte presión de los labios y músculos faciales provocando la famosa ampolla de succión.
MAL AGARRE: el bebé es incapaz de agarrarse correctamente al pecho, soltándose a menudo, unas veces por que no puede mantener el vacío, y otras veces porque se le hace difícil gestionar la leche durante la toma. En consecuencia surgirán dificultades en la lactancia materna, agarre, succión, deglución e incluso respiración.
SUCCIÓN INEFICAZ: al no existir buena movilidad lingual, pueden compensar la toma con otras estructuras orofaciales, habiendo una presión excesiva sobre todo a nivel del pezón. Esto conlleva a una mala transferencia de leche, a no vaciar bien el pecho, poco estímulo que afecte producción y correcto aumento de peso.
Signos en las mujeres que darán pecho:
DOLOR: La madre puede encontrarse en una situación desesperada ante un agarre deficiente, produciéndole en ocasiones: estrés, baja autoestima (al no creerse capaz de alimentar a su bebé), sentimientos de abandono de la lactancia…
GRIETAS: Al verse friccionado constantemente el pezón, comienzan a salir las primeras grietas.
SÍNDROME DE RAYNAUD: El pezón se queda blanco ante la inexistencia de vascularización momentánea, produciéndose dolor.
MASTITIS DE REPETICIÓN: ocasionado por la presencia de grietas y un mal drenaje de la mama.
PEZONES EN FORMA DE PINTALABIOS: El bebé solo coge el pezón ante la imposibilidad de sacar la lengua para cubrir la encía inferior. Esto produce un aplastamiento del pezón.
¿Por qué es tan importante la lengua para la lactancia materna y por que podría afectar el frenillo corto en algunos casos?
La lengua es un músculo primordial para la lactancia, por eso debe tener una adecuada movilidad para poder cumplir todas sus funciones dentro de la boca.
Los movimientos ideales de la lengua para una buena lactancia son:
- Protrusión (se extiende más allá de la encía)
- Elevación (que toque el paladar)
- Lateralidad
- Movimientos ondulatorios y contracciones llevando leche hacia la parte de atrás de la faringe para deglutir.
Cuando la lengua tiene buena movilidad cumple con la función de succión-deglución y respiración que es necesaria para una buena transferencia de leche.
Succión: calma, alimenta y estimula. Hay nutritiva y no nutritiva (una transfiere leche y es rítmica y profunda; la otra relaja, es superficial y rápida.
La succión ideal debe ser sin pausas seguidas, coordinando succión, deglución y respiración.
Deglución: acción motora con la que se lleva el alimento al estómago.
El frenillo lingual ayuda también tanto en la succión como en la deglución, ya que el niño debe coordinar una serie de movimientos para efectuar la toma correctamente.
Cuando esta movilidad se encuentra comprometida por un frenillo corto lo más probable es que este afecte a las funciones de la lengua. Es más frecuente en los niños que en las niñas. Es hereditario.
Con la existencia de una anquiloglosia, la lengua no haría de molde al paladar provocando un mal desarrollo óseo (se estrecharía el maxilar superior formando una mordida cruzada o un crecimiento anormal de la mandíbula).
¿Cuándo intervenir un frenillo?
Es perfectamente posible que el bebé tenga un frenillo corto y la lactancia marche perfectamente. En ese caso no sería necesario intervenir.
Sin embargo, hay ocasiones en que tanto la madre como el bebé no logran adaptarse y la lactancia se convierte en todo un reto, y es cuando se recurre a la frenectomía como una solución al problema.
Hay diversidad de casos, por ejemplo:
- El pecho de la madre es flexible, y que aunque el bebé tenga el frenillo sublingual corto no interfiera en la lactancia.
- Hay ocasiones en que piensan que el bebé no sube de peso porque no hay buena transferencia de leche, y sospechan que es el frenillo corto. En muchos casos el problema es el mal agarre o el excesivo uso de chupón
En cualquier caso, la intervención del frenillo sublingual es una decisión de cada familia. Y es a los padres a quienes corresponde dicha elección. No hay una decisión correcta y otra errónea, sino la mejor decisión en cada circunstancia concreta.
Depende del grado del frenillo, el cómo está afectando la lactancia y cuáles serán las consecuencias a largo plazo. Por ejemplo:
Hay familias que intervienen aunque el bebé no tenga síntomas por falta de información, cuando consideran que un mal agarre es consecuencia de un posible frenillo corto.
Pero también hay quienes no lo hacen porque el bebé no tiene síntomas y la lactancia va bien aunque exista un frenillo corto.
Algunas otras familias no intervienen a pesar de existir problemas en la lactancia. Y compensan con posturas y otros tratamientos, o en algunas ocasiones abandonan la lactancia.
Antes de intervenir quirúrgicamente, debe hacerse una valoración, explorando la (i) apariencia (posición y tamaño) y (ii) función (alteraciones en cuanto a la movilidad).
EXPLORACIÓN DEL FRENILLO LINGUAL
1. Dolor mamario.
2. Revisar el patrón de succión y el agarre del bebé. Se debe observar la toma de leche. Evaluando:
– El agarre
– Deglución audible
– Tipo de pezón
– Comodidad en pezones y pecho
– Lograr colocar al bebé en el pecho sin ayuda constante
3. Inspección y palpación de aspectos anatómicos y funcionales del frenillo y del lactante.
a) Aspectos anatómicos:
– Apariencia de la lengua
– Elasticidad del frenillo
– Longitud del frenillo al elevar la lengua
– Unión del frenillo con la lengua y con el borde alveolar
b) Aspectos funcionales:
– Lateralización
– Elevación lengua
– Extensión de la punta
– Expansión de la parte anterior
– Peristalsis (movimientos ondulatorios para ordeñar el pecho)
NO TODO frenillo corto dará problemas.
El que genere problemas depende de:
1. Si es flexible
2. El punto de inserción
3. Si esta formado de tejidos fibrosos o blancos
4. Si es largo o cortos. Algunos pueden parecer cortos pero son muy elásticos
¿Qué es la frenectomía?
Es la técnica quirúrgica que tiene como finalidad la sección, y posterior reconstrucción adecuada, del llamado frenillo lingual.
Esta técnica quirúrgica, en definitiva, se realiza para solucionar una limitación del movimiento de la lengua, que se conoce con el nombre de anquiloglosia (es decir, lengua anquilosada), y que puede ser responsable de trastornos de la lactancia, de la alimentación, alteraciones del crecimiento del paladar, aparición de ronquidos
El frenillo lingual puede tener dimensiones diferentes, y grosores y disposiciones muy variables.
Su valoración debe de ser cuidadosa. El especialista le aconsejará en relación con su posible intervención quirúrgica, además de la técnica de modificación que utilizará.
¿Cómo se hace?
La intervención se efectúa a través de la boca, bajo anestesia general o local y, generalmente, consiste en seccionar de manera adecuada el frenillo lingual, y –si es preciso- suturar la herida de manera conveniente para una mejor movilidad de la zona.
Con posterioridad a la intervención, pueda ser necesario un periodo de rehabilitación del movimiento lingual, terapia oromotora, terapia física, terapia craniosacral (recuperar movilidad en estructuras oseas) etc.
¿Qué tener en cuenta?
El frenillo ancla la lengua a la base y restringe su movimiento. Al cortarlo, liberamos la lengua y le damos la oportunidad de moverse. Que tenga esa oportunidad no significa que vaya a hacerlo.
De hecho, si tardamos mucho tiempo en cortarlo, puede ser que a pesar de ello sigamos con las dificultades porque el bebé NO HA RE-APRENDIDO a mover la lengua.
Por eso, se recomienda antes de los 3 meses o en todo caso antes de los 6. (Aunque hay casos que se han intervenido después y les ha ido muy bien).
Por ese motivo, después de la intervención es muy importante hacer unos EJERCICIOS DE REHABILITACIÓN. Que se recomiendan por dos motivos:
1. Para que no se cierre la herida (si no se hacen adecuadamente la herida se cierra de forma precoz, se crean adherencias y se forma un falso frenillo y se regresa al problema original). El riesgo de que se vuelva a ‘pegar’ la lengua ocurre durante 6-7 semanas.
2. Para ejercitar la lengua y ayudarla a hacer estos movimientos nuevos que desconocía, ya que la musculatura encargada de hacer dichos movimientos está ‘atrofiada’.
Maru López Vallejo Castro es educadora Perinatal y Doula. Está certificada por Lamaze Internacional y DONA Internacional respectivamente, y tiene una maestría en lactancia de Edulacta. Se dedica a dar cursos de preparación para el parto, psicoprofilaxis y lactancia, talleres de lactancia, asesorías personalizadas en lactancia y al acompañamiento durante el parto.
Ha preparado, en los últimos 11 años, a más de 2,000 parejas embarazadas para el parto y la lactancia materna, y ha acompañado como Doula a más de 100 mujeres en el parto, así como a muchas mamás en la etapa de la lactancia materna. Redes Sociales: @marulvc // Mail: marulopezvallejocastro@gmail.com