Todo empieza desde el embarazo
Cuando se habla de los primeros 1000 días, se cuenta desde el primer momento del embarazo hasta que tu hijo cumple dos años. Eso significa que tu alimentación tiene un impacto directo en la salud futura de tu bebé.
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Un estudio publicado en la revista científica Science reveló que limitar el consumo de azúcar en esta etapa clave reduce el riesgo de enfermedades como hipertensión o diabetes tipo 2 en la edad adulta.
Esto aplica no solo a ti como mamá. También se ha demostrado que el estado de salud del padre —incluyendo su alimentación, consumo de tabaco o alcohol y niveles de estrés— puede influir en el desarrollo del embarazo. ¿El resultado? Mayor riesgo de parto prematuro o complicaciones como la preeclampsia.
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¿Por qué evitar azúcar en los primeros 1000 días de vida importa tanto?
En 1953, en Reino Unido, un grupo de personas vivió una escasez forzada de alimentos. Años después, investigadores como Gracner, Boone y Gertler estudiaron a quienes estuvieron expuestos a esa etapa. Usando bases de datos biomédicos, descubrieron que aquellos que consumieron menos azúcar en los primeros 1000 días presentaron menos casos de enfermedades metabólicas.
Pero eso no es todo. Investigadores de la Universidad de Colorado hallaron que los bebés con una dieta libre de azúcares añadidos desarrollan un sistema inmune más fuerte y una mejor función metabólica. En cambio, el consumo excesivo de azúcar en estas etapas puede provocar resistencia a la insulina, sobrepeso e incluso enfermedades cardiovasculares en la infancia o adolescencia.
¿Y entonces, qué puedes hacer?
- Evita productos ultraprocesados, incluso los que parecen “saludables”.
- Lee etiquetas y detecta palabras como jarabe de maíz, fructosa o glucosa.
- Prioriza alimentos naturales: frutas, verduras, cereales integrales y proteínas de calidad.
- Si das pecho, cuida también tu alimentación, porque todo pasa a través de la leche.
- Cuando empieces la alimentación complementaria, no caigas en el mito del juguito o los postres “para que pruebe”.
Los primeros 1000 días son una ventana de oportunidad irrepetible. No solo para el desarrollo físico y neurológico de tu bebé, sino para protegerlo de enfermedades a largo plazo.
Fuentes:
- Science Journal – Impact of sugar restriction in early life
- Universidad de Colorado Boulder
- Investigación Gracner, Boone y Gertler, Reino Unido