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¿Qué es un alimento ultraprocesado?
Los alimentos ultraprocesados no son simplemente “procesados”. Son productos industriales con aditivos, colorantes, saborizantes artificiales y una larga lista de ingredientes que no reconocerías en tu cocina.
El consumo frecuente de ultraprocesados se ha relacionado con un mayor riesgo de obesidad infantil, diabetes tipo 2, hipertensión, problemas digestivos y alteraciones en el desarrollo neurológico y emocional. Además, desplazan el consumo de alimentos reales y nutritivos.
No se trata de prohibir, sino de saber qué evitar o reservar solo para ocasiones muy contadas.
Estos son los alimentos ultraprocesados que peor le caen a tu hijo
1. Refrescos y jugos industrializados
Aunque muchos dicen «con vitamina C» o «sin azúcar añadida», contienen altas dosis de azúcares libres. Esto afecta el metabolismo infantil, promueve caries y crea una preferencia por sabores intensamente dulces.

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2. Cereales de caja “infantiles”
Sí, esos que prometen hierro y fibra. Pero muchos tienen más de 20 gramos de azúcar por porción y colorantes artificiales. En lugar de nutrir, alteran los niveles de energía y atención.
3. Salchichas y embutidos
A menudo son parte del desayuno o lonchera. Pero están cargados de nitritos, sodio y grasas saturadas. La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer los clasifica como cancerígenos para humanos.
4. Snacks tipo papitas o “churritos”
Altos en calorías vacías, saborizantes artificiales y grasas trans. Además, contienen aditivos como el glutamato monosódico, que puede alterar el apetito y el estado de ánimo.
5. Galletas rellenas y pastelitos empaquetados
La mezcla perfecta de azúcar, grasa y harinas refinadas. Promueven la resistencia a la insulina y no aportan ningún valor nutricional real. Son uno de los alimentos ultraprocesados más consumidos por niños en México.
¿Qué puedes hacer?
Reemplazar no siempre es fácil, pero hay opciones. Ofrece agua natural en lugar de jugos. Elige frutas frescas, pan integral o yogur natural. Involucra a tus hijos en la cocina para que conecten con lo que comen.
También puedes revisar las etiquetas: si tiene más de cinco ingredientes, o muchos que no puedes pronunciar, probablemente es un ultraprocesado.